Que nadie esconda su orgullo: rebasada la mitad del calendario de este año, seis de los 21 peloteros con average ofensivo de .300 son jugadores nacidos en Cuba... y otro más es descendiente de cubanos.
Como lo lee. La tercera parte de los hombres que amanecieron hoy por encima de la mítica barrera de bateo tiene sangre cubana. ¿Que cuántos oriundos de República Dominicana hay en la lista? Pues solo Rafael Devers, porque Manny Machado vio la luz en Miami. ¿Y cuántos venezolanos? Uno, Luis Arráez. ¿Y mexicanos? Alejandro Kirk. El resto son jugadores estadounidenses, excepción hecha del arubeño Xander Bogaerts.
Simple y llanamente, es sensacional. Le cuento que el tunero Yordan Álvarez exhibe a día de hoy un promedio de .306, y que luego, igualados con .304, están el habanero José Iglesias y el espirituano Lourdes Gurriel Jr. Seguidamente ancla el villaclareño Yandy Díaz (.302), y completan el grupo el cienfueguero José Dariel Abreu y el avileño Luis Robert, empatados en .301.
Como si ello fuera poco, en esa relación hay que añadir a JD Martínez (.306), quien llegó al mundo en Miami pero es hijo de cubanos.
Lo dejo con la tabla resumen de sus actuaciones hasta este momento.
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