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Jonathan Aldana Sánchez, de 17 años, murió en la unidad 2119 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), ubicada en Jiguaní, Granma, mientras cumplía el Servicio Militar Activo, confirmó su madre a CiberCuba.
Lumi Aldana Sánchez, residente en Bayamo, Granma, recibió en la mañana del pasado 29 de junio una llamada de su esposo diciéndole que fuera a la casa "porque había problemas con su hijo".
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"Cuando llegué había unos oficiales esperándome; me piden que me siente y me dan la mala noticia de que mi hijo se dio un tiro. Se me salieron las lágrimas", recordó la mujer.
Al preguntar a los uniformados si el menor estaba vivo, ellos respondieron que sí, y dijeron que lo habían dejado en el hospital de Jiguaní.
"No creo que me hayan dicho la verdad, porque el tiro fue en la garganta y la bala le salió por la nuca, haciéndole un orificio que difícilmente podía dejarlo con vida", especificó.
El trágico incidente tuvo lugar sobre las ocho de la mañana, poco antes de finalizar la guardia que realizaba el joven, y ahora la familia tiene muchas dudas y preguntas sobre lo que realmente sucedió.
"No tenía motivos para quitarse la vida y tampoco me creo que haya sido por una novia, versión que me han contado algunos oficiales. No me creo nada de lo que digan, porque no han actuado con claridad", dijo.
Por el momento las autoridades militares investigan el caso, mientras tanto la familia recorre todos los sitios posibles para saber qué pudo provocar que un joven de 17 años perdiera la vida de esa manera.
"Me despierto de madrugada, no tengo apetito y vivo preguntándome ¿por qué? ¿Qué pasó realmente? Es terrible, es un inmenso dolor, un vacío profundo", confesó la mujer.
La familia habló con algunos trabajadores de la unidad militar donde radicaba el joven y conoció que "estaba normal", incluso bromeó con la cocinera poco antes y se despidió con besos.
"Un soldado me contó que estando a unos 50 metros del punto de guardia sintió el disparo y corrieron a ver qué pasaba. Estaba en el suelo, boca abajo, y con el arma en la mano. Dicen que se suicidó porque quiso, yo digo que no, porque tuvo la oportunidad de hacerlo durante el primer turno de guardia, que fue de ocho a 12 de la noche", apuntó.
A Aldana Sánchez lo recuerdan como un muchacho alegre y divertido, pero las sospechas de la familia surgieron desde el momento en que este les contó que iban a estar castigados tres fines de semana por una supuesta llegada tarde.
Sin embargo, las versiones de los oficiales son cada vez más confusas, porque uno declaró que lo vieron rastrillar el arma dos veces y que no tuvieron tiempo para actuar. Sin embargo, la madre sostiene que esto no es posible, porque otro soldado aseguró que solo sintieron el sonido del disparo.
"Que yo sepa, no tenia ningún problema, no dejó una carta diciendo por qué se quitaría la vida. Dicen que hay un papel escrito, pero no por él, que solo decía: de 420 pesos pago 300 y pico y me quedan 90. Ese documento no lo he visto, porque lo tienen los oficiales de la Contra Inteligencia Militar", explicó.
La madre del joven espera que pronto haya un dictamen convincente, aunque sabe que nada de lo que digan devolverá a su hijo, y sospecha que los militares defenderán todo el tiempo la hipótesis de un suicidio.
"Solo se que el orificio de la garganta era más grande que el de la nunca, me dicen que es así porque se trata de una herida de bala trazadora a quema ropa, pero pediré respuestas", agregó.
Lamentó que prometieron llevar a los otros soldados al funeral y no cumplieran con su palabra. Esto hizo sentir muy mal a la familia, porque era se llevaba bien con todos, vivía haciendo chistes, cantando y lleno de vida.
Lumi Aldana Sánchez tiene otro hijo, de 26 años, y aún le cuesta procesar la noticia porque eran muy unidos, por eso no deja de llorar y preguntarse qué paso realmente ese día.
Tras publicar en sus redes sociales la noticia, con el fin de avisar a familiares y amigos, la madre del joven fallecido conoció que no es la única persona que ha pasado por una situación similar.
"Un señor me contó que le sucedió algo parecido hace un año. Estaba ciega, pensé que era yo sola", lamentó.
Hasta el momento de redactar esta nota CiberCuba no había podido confirmar la versión de la familia con fuentes oficiales.
En Cuba , por el secretismo y falta de transparencia que tienen las instituciones militares, no hay datos de soldados y oficiales que mueren durante el cumplimiento de su servicio.
Cuando trasciende algún suceso, como el de un joven de Camagüey que murió en una unidad de tanques, las autoridades lanzan una versión que difícilmente convence a los familiares.
“En ningún momento se dio los dos tiros, a él lo mataron, y lo pusieron en ese lugar, porque quieren limpiar muchas cosas”, aseguró el padre de Elvis Martínez, quien falleció a los 18 años en circunstancias aún no aclaradas.
Ahora, solo queda esperar que haya justicia y presionar para que la verdad salga a la luz, aunque sabe que nada de esto devolverá la sonrisa de un menor de edad que falleció cumpliendo el servicio militar.
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