Lis Cuesta sacó a relucir nuevamente este viernes su arrebato amoroso por Miguel Díaz-Canel tras compartir en twitter un batazo que conectó el gobernante durante una visita a un terreno de pelota en el barrio Las Canteras, en el habanero municipio Playa.
“El mío”, escribió Lis cual adolescente enamorada junto a una exuberancia de emoticonos que remató con la etiqueta #TeMolestaMiAmor, que quedó acotada desde el polémico tweet de abril en que llamó a Díaz-Canel “dictador de mi corazón".
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El video, de pocos segundos, muestra a uno de los guardaespaldas muy preocupado de mantener la distancia entre el gobernante y los asistentes (algo que ha dejado un primer meme), y la sorpresa del propio Díaz-Canel tras conectar el batazo, lo que se vio reflejado en un gesto de su cara y la risa tras el comentario de uno de los presentes de que había sido un jonrón.
Como es de suponer, de inmediato decenas de internautas, tanto en la publicación de Cuesta como en la original -hecha desde el perfil Presidencia de Cuba- no perdieron la oportunidad de comentar la anécdota en un espectro que va de la burla a la más profunda indignación.
“Entrenando pa' cuando nos quedemos sin peloteros”; “A falta de peloteros, Canelo...ten cuidao no se quede también”, escribieron un par de internautas que aprovecharon para ironizar sobre el creciente éxodo de beisbolistas.
“¿Entrenando para salir a matar disidentes el 11J ?”; ¿Ahora el mango es pelotero también? Pues ya veo que es de todo menos PRESIDENTE; “El país muriendo y tu jugando pelota”; “Se nota que no tiene nada mejor que hacer”, escribieron los más críticos.
“Tan jovial mientras el resto se parte el lomo trabajando y buscando un plato de comida pa' su casa. El comeping… este anda jugando pelotica en vez de resolver problemas que el mismo ha creado”, sentenció otro comentarista.
No es la primera vez que los intentos de mostrar a Díaz-Canel en actividades que lo acerquen al pueblo acaban en rotundo fiasco e inundados de críticas, ello porque siempre llegan en un contexto marcado por una creciente agonía cotidiana para los cubanos de a pie, agobiados por apagones, la falta de comida y la escasez en todas sus formas y variantes; todo ello rematado por la habitual falta de libertades políticas y la amenaza de represión a cualquier indicio de disidencia.
Como es de suponer, no faltaron los comentarios halagadores y hasta las comparaciones con la afición por la pelota que también tenía Fidel Castro. "Tiene estilo y le dio a la bola como hace con la gusanera: en la misma costura", comentó un fan de Díaz-Canel.
“Tantas cosas de las que tiene que ocuparse y este nariz con premio dándose bañitos de pueblo”, sentenció en el extremo opuesto uno de tantos cubanos indignados.
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