Partos rotos: Investigación da voz a cientos de víctimas de violencia obstétrica en Cuba

"Me culparon por no poder parir. Me dijeron ‘cochina’. Le dijeron a mi familia que no quería cooperar. Me pegaron en la cara. Me sentí humillada. No quería repetir esa experiencia. Lo consideré el peor momento de mi vida”, dijo una de las encuestadas.

Mujeres cuentan sus experiencias de violencia obstétrica en Cuba © Partos rotos
Mujeres cuentan sus experiencias de violencia obstétrica en Cuba Foto © Partos rotos

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Este artículo es de hace 2 años

Cientos de mujeres aseguran ser víctimas de la violencia obstétrica en Cuba en una investigación periodística titulada Partos rotos que recoge en un sitio web testimonios, estadísticas y análisis del tema.

Un total de 514 cuestionarios fueron respondidos por madres cubanas -de las cuales el 60% tuvieron a sus hijos por parto natural y el 40% mediante cesárea-, que evidencian la falta de empatía y de información por parte del personal de salud en un momento de incertidumbre.


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“Trataron de dilatarme a la fuerza y ​​estaba con dolor. Me culparon por no poder parir. Me dijeron ‘cochina’. Le dijeron a mi familia que no quería cooperar. Me pegaron en la cara. Me sentí humillada. No quería repetir esa experiencia. Lo consideré el peor momento de mi vida”, respondió una de las encuestadas que dio a luz en el Hospital General Docente Universitario Martín Chang Puga de Nuevitas, Camagüey.

De acuerdo con un reportaje de Partos rotos, de la autoría de la periodista cubana Claudia Padrón Cueto, “el 41% afirmó haber sufrido algún episodio de violencia verbal o psicológica, mientras que otro 17% no se consideró víctima de este tipo de violencia, aunque describió haber padecido prácticas que sí son consideradas violencia obstétrica”.

Lo anterior, a juicio de la reportera, es una muestra de que “las mujeres han naturalizado ser maltratadas como un proceso indisoluble del acto de dar a luz y que no reciben la información sobre qué es un parto humanizado y/o cuáles son sus derechos”.

La investigación arrojó falta de profesionalismo y sensibilidad del personal médico, que ha llegado a ofender a las mujeres en pleno trabajo de parto. También determinó las manifestaciones más comunes de este tipo de maltrato, entre ellas, ignorarlas o negarles sus pedidos, no ofrecerles analgésicos en momentos de dolor, no llamarlas por su nombre sino por apodos despectivos como negra y gorda, gritarles y responsabilizarlas por algún percance.

“¡Mira la puta esta, no quiere que la ayuden! Va a matar a la chiquita”, fueron las palabras de una doctora, según el testimonio de una de las participantes en el proyecto.

Así, 987 mujeres aseguraron que fueron víctimas de abuso verbal, que incluye hablarles en voz alta y con groserías; a 133 las ignoraron cuando hicieron algún pedido y a 101 se lo negaron, mientras que a 104 le pusieron sobrenombres y diminutivos, y a 69 las culparon por lo que pudiera sucederles a sus bebés.

Dos mujeres que dieron a luz en Camagüey y La Habana agregaron que “en ocasiones preguntaba o llamaba a las enfermeras y no me contestaban. No levantaban ni la mirada para verte a los ojos”; “En el momento del parto le tomé la mano a un doctor y me la rechazó con desdén y asco”.

Otro tipo de maltrato es no informarles de su estado de salud. Una de ellas cuenta que dos médicos intercambiaban criterios frente a ella, como si ella no existiera. En total, de acuerdo con Partos rotos, el 69% de las mujeres dijo no haber recibido información sobre el proceso del embarazo y parto, mientras que el 80% de las ingresadas tampoco fueron informadas de su evolución tras el alumbramiento.

“No me informaron o pidieron consentimiento para ningún procedimiento: sueros, medicamentos, dilatación manual, espéculos... Solo me decían: ‘Niña coopera’”, relata una madre que dio a luz en el Hospital Materno Infantil Manuel Piti Fajardo.

En cuanto al consentimiento para realizarles procedimientos médicos durante el parto, tanto a ella como a sus hijos, solo el 52 por ciento confirmó haber sido consultadas al respecto.

Otro tipo de maltrato obstétrico que reveló la investigación es el uso indiscriminado de la episiotomía, un corte en el perineo que facilita el parto, realizado al 76 por ciento de las encuestadas. De ellas, a solo al 21% le pidieron consentimiento y al 73% no le aplicaron anestesia para cortarlas, agrega el texto.

“No tenían que picarme porque tenía espacio y lo hicieron. Yo sé que tenía espacio porque escuché cuando el jefe del equipo médico los regañaba”, aseguró una madre que dio a luz en el Hospital Universitario Ginecobstétrico Eusebio Hernández Pérez, conocido como Maternidad Obrera, en La Habana.

Uno de los detalles más alarmantes del trabajo es el uso de los procedimientos obsoletos como la maniobra de Kristeller, practicada al 44 por ciento de las encuestadas, que consiste en apretar a la embarazada por las costillas, y presionar hacia abajo para conducir al bebé al canal de parto. En ocasiones, los médicos se suben sobre las mujeres durante el trabajo de parto, para ejercer más presión.

Por ser una maniobra que puede poner en riesgo las vidas de la madre y el niño, desde 2014 la OMS está aconsejando no sea practicada, lo cual ha sido ignorado en Cuba.

“Me halaron, sentí el desgarre de mi niña, cómo me la sacaron”, dijo una de las madres a las que aplicaron esta maniobra.

A todo esto, se suma la imposibilidad de llevar un acompañante en el momento del parto, cosa que sucedió al 83% de las mujeres que participaron en la encuesta.

El extenso trabajo investigativo indagó también en las secuelas emocionales del alumbramiento, en las que un 30% de las encuestadas dijo temer a un nuevo embarazo, e igual porcentaje aseguro visualizar imágenes repetitivas de su parto; mientras que otro 25% ha experimentado cambios de humor y un 24%, dificultad para conciliar el sueño. Otro 23% de ellas quedó con temor de volverse a enfrentar al sistema de salud cubano y el 14% sufrió depresión posparto.

Partos rotos es un esfuerzo conjunto de un grupo de periodistas y colaboradoras de dentro y fuera de Cuba, muchas de las cuales no pueden revelar su participación en el proyecto porque han recibido amenazas de la Seguridad de Estado por su labor informativa.

Otras profesionales de la información cuyos nombres sí aparecen en el sitio web son Isabel Milagro Echemendía Pérez y Darcy Borrero Batista. El trabajo grupal también agradece las contribuciones periodísticas de Carla Colomé Santiago y a Proyecto Inventario por su participación en la confección de los cuestionarios.

En conversación con CiberCuba, Padrón Cueto dijo que la idea del proyecto surgió tras la repercusión que tuvo el reportaje de su autoría “Puja y pare tu sola”, que publicó en 2020.

“A raíz de ese reportaje investigativo muchas mujeres se me acercaron: algunas comentaron en mi muro de Facebook; otras se me acercaron a través de mis redes sociales y mensajería y comenzaron a contarme sus historias del parto… y entendí que no se traba de experiencias aisladas, sino que era algo mucho más grande que estaba afectando a un gran número de mujeres”, explicó.

A partir de este momento y con el apoyo de varias amigas periodistas y colaboradoras, comenzó a formarse una red nutrida de cubanas que se encargaron de distribuir los cuestionarios por todas las provincias del país, agregó.

“Primero pensamos hacer una nueva investigación, pero luego nos fue creciendo, nuestra base de datos aumentó mucho más y nos dimos cuenta que podíamos hacer algo más que un simple reportaje de investigación. Y de ahí surge la idea de hacer una página web… Es un proyecto vivo que apenas se está presentando ahora, pero va a seguir creciendo”, adelantó.

El sitio cuenta además con un mapa de los hospitales en que las encuestadas dieron a luz a sus hijos y un reportaje con datos y análisis. También cuenta con una investigación que incluye el criterio de médicos y expertos y otra sección con los derechos de los testimonios de estas, una sección de historietas, otra de información sobre los derechos de las mujeres en los partos, e incluye bibliografía sobre el tema de la violencia obstétrica.

Asimismo, Partos rotos incluye los cuestionarios para que otras mujeres participen en la investigación y cuenten su experiencia. Para dar a conocer todo lo referido a la violencia obstétrica y otras violencias contra las mujeres en Cuba, la plataforma lanzará audiovisuales con testimonios de las víctimas, así como su propio podcast titulado “Isla Violeta”.

"El primer episodio está fuerte, van a poder escuchar los testimonios en las voces de las madres... entre ellos está también el testimonio de Lisandra Góngora, una de las presas del 11J", adelantó Padrón Cueto a CiberCuba.

La violencia obstétrica es un fenómeno mundial que tiene su origen en el machismo y que ha sido denunciada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF. Sin embargo, aclara la investigación, “sigue siendo un tema ausente en el discurso oficial cubano que prefiere centrarse en ostentar una tasa baja de mortalidad infantil pero no le da la misma relevancia a la tasa de mortalidad materna o a otros indicadores que reflejen el grado de satisfacción de las madres con el trato recibido”.

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Annarella Grimal

Annarella O'Mahony (o Grimal). Aprendiz de ciudadana, con un título de Máster otorgado por la Universidad de Limerick (Irlanda). Ya tuvo hijos, adoptó una mascota, plantó un árbol, y publicó un libro.


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