Madre de Saily Navarro denuncia falta de agua corriente en cárcel de mujeres de Matanzas

Ante esta situación, las autoridades del penal autorizaron a las reclusas a acarrear y utilizar un cubo de agua al día para sus necesidades. Sin embargo, el agua ni siquiera es potable y presenta un aspecto nada salubre.

Prisión de mujeres (imagen de referencia) © Cubadebate / Ismael Francisco
Prisión de mujeres (imagen de referencia) Foto © Cubadebate / Ismael Francisco

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Este artículo es de hace 2 años

Las reclusas de la prisión de Mujeres Mixta Bellotex de Matanzas llevarían cuatro días sin agua corriente en la cárcel, según denunció la activista Sonia Álvarez Campillo, madre de la Dama de Blanco y presa política, Saily Navarro Álvarez.

Ante esta situación, las autoridades del penal autorizaron a las reclusas a acarrear y utilizar un cubo de agua al día para sus necesidades. Sin embargo, el agua ni siquiera es potable y presenta un aspecto nada salubre.


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Captura de pantalla Facebook / Sonia Álvarez Campillo

“En la prisión de Mujeres Mixta Bellotex de Matanzas no hay agua desde el 23 de junio. A las reclusas sólo le permiten acceder a cargar un cubo de agua una vez al día, además de tratarse de un agua contaminada, amarillenta y sin tratamiento apto para el consumo humano”, denunció el pasado sábado la también Dama de Blanco y madre de Navarro Álvarez.

La hija del líder opositor Félix Navarro Rodríguez, coordinador del Movimiento por la Democracia Pedro Luis Boitel, fue condenada a prisión al igual que su padre por defender los derechos de manifestantes que participaron pacíficamente en las históricas protestas del 11J en Cuba. Padre e hija deberán cumplir condenas de nueve y ocho años respectivamente.

A pesar de haber apelado las sentencias, el tribunal que atendió el proceso de apelación ratificó las condenas iniciales en una vista de la que se llevaron a Sayli Navarro encadenada de pies y manos del tribunal directamente a la prisión, según denunció a mediados de abril la líder opositora Rosa María Payá.

“Como madre, responsabilizo al régimen y particularmente a las autoridades del penal por las situaciones de salud que se le presenten a mi hija, a consecuencia de esta negligencia por la que está en riesgo la salud de más de 100 presas allí internadas”, indicó la madre, exigiendo libertad para todos los presos políticos.

En este penal de mujeres también permanecen bajo custodia las Damas de Blanco, Sissi Abascal Zamora, Tania Echevarría Menéndez y Lázara Karenia González Fernández.

La primera fue condenada a seis años de cárcel por participar en las protestas del 11J en la localidad de Carlos Rojas, del municipio de Jovellanos, en la provincia de Matanzas. La segunda también recibió una condena de seis años de privación de libertad por el mismo motivo.

Por su parte Lázara Karenia permaneció en régimen de prisión provisional en el centro penitenciario Bellotex, acusada de presuntos desórdenes públicos, desacato y atentado; por los que la fiscalía solicitó ocho años de privación de libertad.

Activistas cubanos, el gobierno de Estados Unidos, organizaciones internacionales y no gubernamentales han exigido la liberación de las cuatro presas políticas matanceras, que solo ejercieron su legítimo derecho a manifestarse y a la libre expresión.

A finales de mayo, las autoridades penales de Cuba amenazaron a Navarro Álvarez con enviarla a una cárcel en Guantánamo, a más de 900 kilómetros de su natal provincial de Matanzas, por denunciar violaciones al debido proceso contra ella, su padre y otros involucrados en las causas judiciales a los manifestantes del 11J, según denunció su madre.

Tanto Sayli Navarro como su padre fueron detenidos el 12 de julio, en la estación policial de Perico, en Matanzas, adonde se dirigieron para preguntar sobre el paradero de miembros de su organización. A él le dejaron privado de libertad, le acusaron de los presuntos delitos de “atentado” y “desorden público” y la fiscalía le pidió luego 15 años de privación de libertad, que quedó en nueve años.

A la hija, por su parte, le impusieron una medida de reclusión domiciliaria y la condenaron a 11 años de privación de libertad por los mismos presuntos delitos que su padre, más "desacato".

Saily dijo que los juicios del 11J, además, estaban siendo grabados con dos cámaras. "Un juicio público, pero permitían un solo acompañante por acusado y la sala estaba llena de militares", advirtió.

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