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El nuevo presidente electo de Colombia Gustavo Petro ha manifestado en varias ocasiones su admiración por Fidel Castro y sus estrechos vínculos emocionales con el régimen cubano.
Si se repasan algunos tweets de los últimos años del primer presidente de izquierda en la historia democrática de ese país sudamericano, encontraremos muchas alusiones y elogios al difunto dictador cubano.
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En un tweet de 2016, el exguerrillero llegó a comparar el legado de Castro para el continente con el de Simón Bolívar, el gran prócer de las luchas de independencia contra el dominio colonial español y venerado como el Libertador de América.
“Igual que Bolívar es inseparable de la historia latinoamericana, Fidel lo es. Dos rebeldes, dos siempre vivos”, consideró Petro.
El próximo mandatario colombiano no se separa así un ápice del discurso de la izquierda más tradicional y dogmática en América Latina, la cual resalta el supuesto ejemplo de resistencia de Castro frente a la hegemonía estadounidense, y omite los desmanes autoritarios con los cuales sometió cualquier intento de disidencia interna durante los más de 60 años de su gobierno omnímodo.
Con motivo de la muerte de Castro en 2016, Petro publicó una foto de una concentración masiva en La Habana, acompañada del texto “Un pueblo que amó a Fidel y lo despide con dignidad”.
Para Petro, como para buena parte de la izquierda que representa, los presos políticos o los éxodos masivos no existen. Su posición con respecto a Cuba se limita a replicar las mismas matrices de propaganda que La Habana difunde.
Además, Petro ha divulgado en su cuenta de Twitter algunos de los discursos más conocidos del dictador cubano y confesado también su admiración hacia el Che Guevara.
El que fuera miembro del movimiento M-19, una guerrilla nacionalista a la que ingresó con 18 años, en 1978, ha visitado Cuba en varias ocasiones.
La primera, en 1993, cuando se desempeñaba como parlamentario en Colombia y poco después de la caída del Muro de Berlín.
“1993, Cuba. Por primera vez conocí la isla, era parlamentario. Ese año fue el más crítico para ese país. Se desmoronaba el mito que se podía acabar el mercado por decreto. El mercado debe ser regulado para que se supedite a la vida del planeta y la dignidad humana”, recordó Petro.
Además, como Hugo Chávez o Evo Morales, el líder colombiano ha viajado a tratarse problemas de salud a Cuba, de cuyo sistema sanitario ha cantado muchas veces las virtudes.
Por supuesto, Petro se ha atendido en las mismas instalaciones de lujo que la élite política de la Isla, y desconoce los problemas de todo tipo que enfrentan los cubanos de a pie para acceder a una salud digna.
“Agradezco al Centro de Investigaciones Médicas y Quirúrgicas, CIMEQ, de Cuba el haber descubierto tempranamente el cáncer en mi esófago y su intervención quirúrgica. Espero no vuelva a presentarse. Agradezco al pueblo cubano su hospitalidad en medio de la pandemia y el bloqueo”, escribió en abril de 2020.
Durante la pandemia, Petro se convirtió prácticamente en un vocero de las virtudes del sistema de salud cubano, asimilándose a los mismos argumentos maniqueos con que La Habana instrumentalizo su manejo del coronavirus.
“¿Como hizo Cuba para detener la pandemia? Con salud preventiva y tratamiento al enfermo. La tenía Bogotá y Peñalosa lo destruyó. Como la evidencia no sirve, dirán, váyase para Cuba”, tuiteó en julio de 2020.
En ese entonces, sus tuits se dedicaban sobre todo a ensalzar al régimen de La Habana como modelo de comparación en el manejo de la pandemia frente a la situación de salud que afrontaba Colombia.
“Cuba solo tuvo un caso positivo y lleva menos muertos en todo el periodo de pandemia que comenzó al mismo tiempo que Colombia que los muertos de un solo día en nuestro país. ¿Cuál es la razón? Tienen un fuerte modelo de salud preventiva y territorializada no mercantil”, publicó en una ocasión.
Quizá cuando su discurso con respecto a Cuba ha variado ligeramente del de la propaganda del régimen de la Isla, fue luego de las protestas masivas antigubernamentales del pasado 11 de julio.
Aunque el nuevo presidente colombiano no condenó directamente la represión desatada contra los manifestantes por el gobierno de Díaz-Canel, sí realizó un paralelismo entre la situación cubana y las manifestaciones que en su país sacudieron la administración del uribista Iván Duque.
“En Cuba como en Colombia se impone el Dialogo social. Las sociedades vivas son las que se mueven y logran las transformaciones a partir de su diálogo y no de su autodestrucción”, escribió el pasado 12 de julio.
El tiempo dirá entonces si el régimen de La Habana ha encontrado un nuevo aliado incondicional y una nueva válvula de escape en el entrante ejecutivo de la nación cafetalera.
Por el momento, Miguel Díaz-Canel no ha tardado en celebrar su elección y mostrar su disposición al “avance” de las relaciones bilaterales.
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