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Directivos y trabajadores de la empresa de la Industria Alimentaria de Ciego de Ávila recurrieron a la harina de yuca y de arroz para “revertir saldos negativos”, como parte de las acciones enmarcadas en las “43 medidas destinadas al fortalecimiento de la empresa estatal”.
Innovadores de dicha empresa estatal construyeron una planta en la provincia para producir harina de yuca. Según Invasor, todos los meses la planta produce más de seis toneladas del producto, una cantidad insuficiente, pero que “permite proteger algunas elaboraciones”.
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La escasez de materias primas básicas como la harina de trigo, cuyo precio mundial se ha disparado con la invasión rusa de Ucrania, ha llevado a la empresa avileña a plantearse también la producción de harina de arroz, una “iniciativa” aprendida en intercambios de experiencias por otras provincias y municipios.
Los trabajadores de la empresa de la Industria Alimentaria de Ciego de Ávila “tienen que ‘batirse’ con menos de lo pensado, porque se suma la situación con el azúcar refino y los huevos”, indicó el medio oficialista, reconociendo que “la cantidad asignada el mes pasado” de huevos disminuyó un 25 por ciento.
Asimismo, señaló que ahora se trabaja con “10 toneladas de harina de trigo menos”. Menos huevos, menos azúcar, menos harina, 200 obreros menos, menos combustible y menos leche… pero la empresa estatal socialista, conocida en la provincia como “la Alimentaria”, tiene en planes “diversificarse, fomentar la cría de cerdos y la agricultura, entre otras ideas que les permitan mantenerse en pie, ahora que lo han conseguido”.
¿Qué ha conseguido dicha empresa que les permita encarar un futuro de diversificación empresarial? Por lo pronto, sustituir la harina de trigo por la de yuca, y recuperar “la fabricación de galleticas dulces de trigo y de yuca”.
Otra empresa estatal está detrás del “éxito” de la Alimentaria: la Agricultura, que les aportó -no precisa Invasor si vendió o cedió- una tonelada de arroz “para poder arrancar” la producción de harina de este grano, que emplearán en la producción de “repostería”, o galleticas dulces de harina de trigo, yuca y arroz.
A base de estas innovaciones y otras virtudes derivadas de la aplicación de las “43 medidas” -que tampoco detalla Invasor-, la Alimentaria ha salido de números rojos junto a las empresas Porcina, Acueducto y Alcantarillado.
Todo, gracias a “un oportuno grupo de acciones que fueron y tienen que seguir siendo cumplidas a punta de lápiz, en el terreno, día tras día, con el concurso de todos”, como señaló el miembro del Comité Central del Partido y su primer secretario en la provincia, Liván Izquierdo Alonso, acompañado de “las máximas autoridades del Gobierno, especialistas y organismos implicados con revertir e impedir malos agüeros en el territorio”.
“Al aprovechar las 43 medidas, nos abrimos a la comercialización de piensos para bases productivas, centros estatales y particulares, además de proveer a nuestra masa”, explicó Yandira Sánchez Fuentes, directora de la Empresa Porcina avileña, entusiasta defensora de “la implementación de las 43 medidas para fortalecer la empresa estatal socialista”.
Por su parte, Iliana Venegas, directora provincial de Economía y Planificación, acotó que “se han detectado en un grupo de empresas que dicen que sí, que se han analizado las 43 medidas, pero no basta. Hay que llevarlas a ese consejo de dirección, a ese colectivo laboral, para identificar, como parte de su implementación, cuáles son las que puedo llevar a mi Empresa, a mi UEB, cuáles son las que puedo tener en cuenta en este colectivo laboral que voy a crear”.
En ese sentido también insistió Izquierdo Alonso al convocar “a mantener un seguimiento estricto a las 43 medidas, ser creativos en la creación de colectivos, revisar costos de los servicios y gastos de administración, profundizar en los niveles de eficiencia, sanear las cuentas por cobrar a los clientes, potenciar la diversificación del objeto social donde sea necesario, así como la creación de actividades secundarias, y evaluar la reorganización de plantillas, reorientación de actividades y la trasformación de sus estructuras”.
Dos años después de aprobada la Estrategia económico-social, el documento que sustenta al Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030, el régimen cubano sigue con su empecinamiento ideológico de que “las soluciones y transformaciones que se planteen tienen que responder al socialismo, y tienen que ser vistas desde la óptica marxista”, según palabras textuales de Miguel Díaz-Canel, principal defensor de la Estrategia y promotor de esas 43 medidas que constituyen la comidilla de “cuadros” y la prensa oficialista cubana, mientras la población ve reflejadas en ellas la ineptitud de sus gobernantes.
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