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Una de las dos últimas personas que seguían hospitalizadas por las lesiones sufridas en la explosión del Hotel Saratoga murió este miércoles.
Vanesa Sierra Suris, de 44 años, falleció en el Instituto de Neurología y Neurocirugía, donde permanecía ingresada en estado grave.
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Con su muerte, asciende a 47 la cifra de víctimas mortales en la tragedia ocurrida el pasado 6 de mayo en La Habana Vieja.
Según informó el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) de Cuba, en este momento queda un solo paciente ingresado en el Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras. Se trata de un hombre que también está en estado grave.
El lunes pasado el MINSAP dio a conocer que todos los niños heridos en la explosión del Saratoga que estaban hospitalizados recibieron el alta médica. El último de los menores fue dado de alta el día anterior.
La explosión del Saratoga dejó un saldo de 99 personas lesionadas; 47 de ellas fallecieron, incluidos cuatro niños.
En el desastre se lesionaron 15 menores, de entre dos y 15 años, cinco de los cuales recibieron tratamiento en la sala de terapia intensiva del Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez, de Marianao.
El pequeño de dos años Arón Dávila González, el más joven de todos y el que estuvo más crítico durante varios días, recibió el alta el viernes pasado, totalmente restablecido y sin ninguna secuela, según un reportaje transmitido en el Noticiero Nacional de la Televisión.
Su madre, Xiomara de la Caridad González, contó que el día de la explosión ella iba con el pequeño por la calle, porque le tocaba ponerle la vacuna contra el COVID-19.
"Tengo al niño cargado y cuando voy por el separador (del semáforo) del Saratoga siento una explosión. Yo no sé para dónde cogió el niño, ni supe nada. Siento que hay mucha nube de polvo que no me dejaba ver, mantuve la calma porque no sabía qué había alrededor mío, si me podía caer, pero en ese momento hubo como una brisa que me dejó ver al niño delante de mí", detalló.
El conductor de un carro particular que pasaba por el lugar los condujo al hospital Ameijeiras, donde Arón fue operado de urgencia, para extraerle un fragmento de madera que tenía incrustado en su cerebro y comprometía su vida.
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