La situación con los cilindros de gas licuado resulta crítica en la provincia Pinar del Río donde las autoridades de la División Territorial de Comercialización de Combustibles (CUPET) decidieron no permitir a la población contratar más servicios.
Iván Alonso Calderín, director de CUPET en ese territorio, dijo al periódico local Guerrillero que la medida se debe a que desde 2019 no entran al país botellones para el almacenamiento del gas, en tanto aumenta el número de balitas que sufren algún tipo de avería o salidero.
El funcionario explicó además que, al iniciarse en 2017 la venta liberada del gas licuado en la provincia, se comercializaron alrededor de 800 cilindros diarios como promedio y que ya desde ese entonces existían dificultades por lo que en ocasiones había que transportar la balita desde la capital.
Añadió que en la actualidad venden 1,600 botellones diarios, de acuerdo con la capacidad de la planta local de gas licuado que, en estos momentos, presenta también roturas en los equipos de bombeo, muy atrasados tecnológicamente, por lo que su funcionamiento depende de inventos que realizan los propios trabajadores.
Pedro Luis Toledo Díaz, jefe de grupo de Venta de Gas Licuado, informó que, entre los factores que complejizan el cumplimiento de la demanda, sobresale la cantidad de clientes por puntos y el efecto secundario que tuvo la contratación masiva, lo cual significó una multiplicación real de los clientes al tener dos contratos.
En estos momentos en Pinar del Río se contabilizan 78,000 personas con acceso al producto, tanto por la libreta de abastecimiento, como por venta liberada. Toledo Díaz admitió que la escasez de cilindros es tal que apenas pueden cumplir con la demanda de la población.
Esta crítica situación se extiende a otros territorios del país, por ejemplo, en Santiago de Cuba la falta de balitas de gas afectó de manera particular durante el pasado mes de abril. En esa provincia los ciclos de distribución se extendieron a 15 días y solo se entregaron en cada jornada unos 120 cilindros, cuando lo normal es que la cifra diaria supere los 200.
Lisette González Sardina, directora de la división territorial de comercialización de combustibles en Santiago, dijo al periódico local Sierra Maestra que los problemas en la distribución del gas licuado se debía, precisamente, al déficit de cilindros. La funcionaria afirmó que la situación era más crítica en el municipio cabecera, "justamente por la alta demanda y elevado número de puntos existentes", señaló.
Mientras, en el mercado informal se comercializan las balas de gas tanto llenas como vacías, a precios exorbitados que incluso llegaron a superar los 5,000 pesos cubanos.
Recientemente, la dirección local de CUPET en Santiago anunció que a partir del 1 de junio decomisaría a sus clientes los cilindros de gas licuado que tuvieran numeración diferente a la del registro que lleva esa empresa estatal.
También en Las Tunas la venta de ese imprescindible producto presentó dificultades que, sin embargo, no detuvieron al gobierno de promover su comercialización a través de la plataforma de pagos electrónicos ENZONA, con servicio de entrega a domicilio incluido.
La dirección de CUPET en esa provincia aclaró que, en esos momentos iniciales, solo los residentes en la capital provincial tendrían acceso a este servicio, para el cual necesitaban contar con un contrato previo y estar registrados en la plataforma digital.
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