El arquitecto cubano Alejandro Manuel Silva González, miembro del equipo que elaboró el proyecto de estructura del Hotel K23 en La Habana, calificó de seguro el proceso de construcción de la instalación turística, luego de cuestionamientos a la obra que han trascendido en redes sociales.
“Se han circulado en las redes opiniones sobre la calidad del hormigón y la seguridad y salud del trabajo en la obra Hotel K23. Formo parte del equipo de ingenieros que ha elaborado el proyecto de estructura y que durante más de dos años ha realizado controles de autor al menos una vez a la semana”, aclaró Silva en su cuenta de Facebook.
De acuerdo con sus explicaciones, la edificación cumple con los estándares de calidad y protección necesarios para ese tipo de inmueble.
“El hormigón vertido en la obra supera la resistencia de 50 MPa y las dosificaciones utilizadas están avaladas por laboratorios nacionales y reconocidas instituciones internacionales. El control de la calidad es riguroso y constante, aplicándose lo establecido en las normas cubanas y extranjeras. La diferencia de color entre los elementos se debe a la aplicación de diversas fórmulas y aditivos, todas aprobadas y validadas”, señaló el especialista.
Silva se refirió a una publicación previa en la que defendió que el empleo de grúas en la construcción del K23 era seguro. “Insistí en el elevado compromiso con la seguridad y salud del trabajo que tiene la empresa constructora. Los patinejos están siempre cubiertos, hay mallas en todos los niveles en los que no esté montada la fachada o el marco de seguridad. Los trabajadores disponen de todo el equipamiento de protección personal. Cualquier persona que visite la obra es instruida por las especialistas de seguridad y salud del trabajo”, argumentó.
El arquitecto dijo que el mejor ejemplo de la calidad y seguridad de esta obra era la presencia frecuente de “decenas de estudiantes de las facultades de arquitectura e ingeniería civil de la CUJAE [Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría]”.
Silva compartió, además, fotos de la edificación del nuevo hotel cubano, que será el más alto de su tipo en Cuba y se alza contra la fachada de una capital que se cae a pedazos, pues solo con las lluvias del fin de semana sufrió el derrumbe de cientos de viviendas familiares.
Algunos de los internautas que reaccionaron al post del arquitecto defendieron su postura con respecto a las condiciones de seguridad de la obra, en tanto otros criticaron la insistencia del régimen de invertir en el turismo, mientras no cubre las necesidades más elementales de la población.
“El bum de la grúa cargado y en operaciones pasa por encima de la avenida 23. Lo he visto varias veces y me ha llamado la atención como ingeniera civil que soy. Del resto de la publicación que circuló, me extrañó, pues realmente en los hoteles siempre las medidas de sst [seguridad y salud del trabajo] son bien cumplidas. No así en el resto de las empresas constructoras estatales que no logran cumplir su plan de compras de medios protección de Seguridad y Salud del trabajo y mucho menos en las empresas privadas constructoras, que hacemos magia para acceder a estos medios de protección”, replicó una usuaria de la red social identificada como Yulieta Hernández Díaz.
La internauta agregó que respetaba mucho al profesor Silva pero que “si hay violaciones, la grúa que he visto, lo demuestra”. También advirtió que preferiría estar equivocada pues de ser cierta su apreciación, sería muy posible la ocurrencia de accidentes lamentables.
La publicación del especialista, citada además por el medio oficialista Granma, llega tras las críticas que hiciera Rafael Muñoz, arquitecto cubano radicado en Berlín, sobre defectos constructivos de mayor y menor consideración, así como violaciones de las medidas de seguridad e higiene del trabajo.
El proyecto, cuya inversión se presenta como de capital "100% cubano", se ubica frente a la popular heladería Coppelia, en el llamado "hueco de 23" y su terminación está prevista para este año. El inmueble, previsto como un hotel de categoría cinco estrellas, contará con 154 metros de altura, 42 pisos y 565 habitaciones.
Según cálculos conservadores de Muñoz, la inversión de GAESA (Grupo de Administración Empresarial S.A.) “sobrepasará sin mucho esfuerzo los 55 o 60 millones de dólares (por lo bajito)”. Teniendo en cuenta el gigantesco desembolso, el arquitecto cuestionó que se cometan tantas irregularidades y chapucerías en su construcción.
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