La prensa oficialista cubana calificó de "terrorismo" la falsa alarma de una bomba en el habanero Hotel Tulipán, que obligó a evacuar al personal hospedado allí y desplegar efectivos del Ministerio del Interior.
"Sin dudas, se trata de aprovechar el impacto del duelo por el reciente accidente del Saratoga para insistir en una matriz que se manejó mucho entonces, de inseguridad en las instalaciones del turismo", escribió en el sitio Cubadebate la periodista oficialista Arleen Rodríguez Deribet.
La reportera, junto a sus colegas Bárbara Betancourt y Reinier Duardo, debatieron en un programa de radio sobre el incidente y acusaron a la prensa extranjera, en especial al periodista Mario J. Pentón, de fabricar la noticia y tener una "inmediatez sospechosa".
"Este es un hombre que se dedica a dar noticias malas sobre Cuba, a fabricarlas, hiperbolizarlas, pero sobre todo a generar mucha alarma cada vez que tiene la oportunidad", dijo Duardo.
Al analista lo que más le preocupó es que Pentón haya tenido la primicia y reportara el incidente media hora después de que en el hotel recibieran la llamada con la amenaza de bomba.
"Una capacidad de redacción impresionante. Era como si lo hubiera sabido, además lo está reportando desde los Estados Unidos, el mismo país donde se produjo la llamada", apuntó Duardo.
Sobre el origen de la llamada telefónica existen dos versiones, una que la ubica en México y otra, la que sostiene el gobierno de La Habana, que fue desde Estados Unidos.
"Es muy significativo este nivel de casualidades; que desde Estados Unidos se genere una llamada alarmista para generar terror y pánico entre las personas y que desde allí un periodista, que se dedica además a generar alarmas constantemente sobre Cuba, es el que tenga la primicia", manifestó.
Por su parte, la periodista Bárbara Betancourt destacó que en el mundo hay sanciones "cada mes más altas" a quienes se dediquen a realizar llamadas alarmistas o falsas sobre incidentes como accidentes o atentados.
En ese sentido, el recientemente aprobado Código Penal cubano incluye sanciones de hasta tres años de privación de libertad a "quien difunda noticias falsas", por tanto, la periodista Betancourt estaría amenazando con un posible proceso judicial a los ciudadanos que se les vincule con este delito.
Durante el debate, los tres analistas cubanos intentaron desacreditar el trabajo de Mario J. Pentón y su manejo con la fuentes, que para ellos no son representativas cuando se trata de políticos del sur de la Florida o personas con influencias en Estados Unidos.
"Hay un propósito importante de desacreditar a la prensa cubana y de paso al sistema que defiende", declaró Betancourt. "No es gratuito que nos traten de esta manera".
Para la periodista oficialista los medios independientes pretenden convertirse en las "únicas fuentes confiables" de Cuba, a partir de su presencia en las redes sociales e internet.
La acusación de estos tres reporteros oficialistas al periodismo independiente evidencia el interés del régimen por perpetuarse como víctima de un supuesto plan extranjero para desestabilizar el orden interno del país.
Los hechos que reportó desde Estados Unidos la prensa independiente y que resultaron en la evacuación del personal alojado en el Hotel Tulipán han sido interpretados por algunos expertos como un intento por desviar la atención del juicio a Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel "Osorbo" Castillo, prejuzgados por la opinión pública estatal como delincuentes, sin que se haya dictaminado una sentencia en su contra todavía.
Durante el juicio, cuando también sitiaron a activistas y periodistas independientes, impidieron a la prensa extranjera acreditada en Cuba y diplomáticos acercarse al juzgado y tuvo lugar la detención forzosa a la activista Saily González cuando salió a protestar pacíficamente en favor de los acusados.
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