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Los balcones de un emblemático edificio en la ciudad de Sancti Spíritus se derrumbaron en la madrugada de este martes, sin que se reportaran lesiones a transeúntes ni a residentes del inmueble.
El edificio, ubicado en la céntrica esquina de la Avenida de los Mártires y la calle Adolfo del Castillo, presentaba un serio deterioro desde hace tiempo, situación que sus habitantes habían denunciado una y otra vez.
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A pesar del peligro evidente, el pasado primero de mayo se retiró la barrera de precaución que indicaba el riesgo de pasar por debajo, y las personas continuaron transitando por la acera.
Por suerte, el desplome ocurrió alrededor de las 3:30 am.
Según el periódico Escambray, el balcón que se cayó estaba en la tercera planta.
"Se veía venir. Nosotros teníamos en posesión los planos originales del edificio y los aportamos a las autoridades de la vivienda en su momento para que los tuvieran en cuenta antes de realizar alguna acción constructiva; ahora espero que los decisores que tienen en sus manos la posibilidad del arreglo encuentren una solución buscando, por supuesto, el beneficio de los que habitan en este inmueble y de la población en general, para no afectar a los transeúntes y para recuperar la actividad de la pescadería, radicada en los bajos, y continúe con la venta de alimentos a la población", dijo Ariel Torres, vecino del segundo piso.
Jailer Rabelo Orellana, intendente del gobierno en el municipio espirituano, anunció que se limpiará el área y se retirarán todos los escombros.
"Ya nosotros estábamos impuestos de la situación constructiva del inmueble y veíamos que tenía defectos constructivos de origen, como el relacionado con el drenaje de las aguas, que al parecer fueron contribuyendo al deterioro del mismo", afirmó.
El dirigente no explicó por qué desde hace días se retiró del lugar la barrera de contención y el aviso de peligro.
"Estamos previendo, además, demoler otra parte de los aleros voladizos para ver hasta dónde podemos manejar una posible propuesta de recuperación, en dependencia de los recursos que tenemos", añadió.
En las redes sociales, varios internautas se alegraron de que no hubiera habido lesionados, pero lamentaron la alta cifra de derrumbes de edificios de viviendas en la ciudad.
"Se ha caído uno de los balcones del Habana-Santiago. La gente se queda sin casa y el gobierno no para de construir hoteles", cuestionó la traductora Karen Cabrera.
En marzo, el periódico Escambray pronosticó que los balcones de este edificio podrían venirse abajo en cualquier momento, como acaba de suceder, pues por la falta de mantenimiento el acero había corroído los aleros perimetrales en varias de sus partes, sobre todo en los balcones del segundo y tercer pisos, más expuestos al viento, el sol y la lluvia.
Según el reportaje, los residentes denunciaron el caso a todas las instancias del gobierno y el partido, pero solo recibieron las típicas excusas: no había presupuesto ni fuerza de trabajo para ejecutar las obras, o no estaba incluido en el plan de mantenimiento del año.
"Se les recomendó no salir a los balcones para evitar que el peso y las vibraciones al caminar provoquen nuevos desprendimientos del hormigón dañado, algo difícil de cumplir si se tiene en cuenta que dichos espacios se utilizan como patios de los apartamentos", rezaba el texto.
Rubén Hernández, ingeniero civil que evaluó el estado técnico del inmueble, señaló que lo más preocupante era el posible daño a los transeúntes, pues los balcones tenían agrietamientos severos en el mortero del pretil y los aleros volados.
El experto comentó entonces algunas de las medidas tomadas, como la de delimitar el área con barreras y limitar el acceso peatonal y vehicular, que finalmente no se respetaron.
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