El activista cubano Leandro René Hernández Ibarra denunció que en las últimas horas el gobierno desarrolló una intensa jornada represiva contra disidentes en la Isla, que incluyó interrogatorios, asedios, coacción, jóvenes sitiados en sus casas y lanzamiento de piedras contra la casa de Daniela Rojo.
"Porque al régimen le aturde el sonido que hacen los motores de la libertad de Cuba en la tierra que nos vio nacer", dijo en un video compartido en su cuenta de Twitter.
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Leandro aseguró que el gobierno trajo a 100 jóvenes norteamericanos a desfilar en la marcha del primero de mayo.
"Que gritaran 'Abajo el bloqueo' en una marcha que costó millones de pesos, en plena crisis, una marcha improductiva. Pero después no pararon ahí, se los llevaron para el Centro Fidel Castro, un centro que costó millones de dólares en plena pandemia, que solamente sirve para el culto a la personalidad al estilo norcoreano", afirmó.
El activista precisó que esos jóvenes, al regresar a su país, van a poder seguir haciendo su vida normal sin que nadie los reprima por ir a Cuba a codearse con una dictadura.
El miércoles pasado, el activista denunció que su casa fue vandalizada con un líquido maloliente que lanzaron contra la puerta.
El joven compartió en su cuenta en Twitter un video en el que mostraba la puerta del inmueble llena de manchas.
"Parece que alguien tiró un líquido muy apestoso, es como el líquido de un huevo podrido o algo así, no hay cáscaras ni nada. (...) Esto tristemente es Cuba. Eso es para que vean cómo funcionan las tácticas de nuestros queridos comunistas para intentar debilitarte psicológicamente. Después uno les dice fascistas y se les hincha la vena del cuello", subrayó.
Previo al desfile del primero de mayo, Leandro fue citado a un interrogatorio con la Seguridad del Estado, donde lo amenazaron utilizando a su familia y lo chantajearon con ofrecerles ciertas "ayudas" con trámites que tiene pendientes.
"Lo que más me maravilla es la bajeza a la que pueden llegar cuando saben que tus argumentos son firmes, cuando ellos no tienen ningún argumento con qué rebatirte. Entonces van a atacar puntos que ellos saben que te van a doler porque claramente uno no es un robot, uno no es un autómata, uno no es de hierro", explicó Hernández Ibarra.
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