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La represión desatada contra los manifestantes del 11J tras la “orden de combate” dada por el gobernante Miguel Díaz-Canel llevó al Centro Latinoamericano para la Noviolencia (CELANV) a considerar al gobierno de Cuba como el más violento de la región.
“El gobierno de Cuba clasifica en esta oportunidad como el más violento de la región, por la feroz represión a las multitudinarias protestas nacionales del 11 de julio”, y las declaraciones del presidente Miguel Díaz-Canel ese día “incitando a una guerra civil de facto al expresar en una trasmisión nacional de televisión que ‘la orden de combate está dada, los revolucionarios a la calle’”, indicó el CELANV en su Informe Anual 2021.
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Acreditando los datos y la información recopilada por actores de la sociedad civil cubana como las ONG's Cubalex y Justicia 11J, el Centro se unió a las denuncias expresadas por organizaciones como UNICEF y Amnistía Internacional señalando las graves violaciones de los derechos humanos que supone el encarcelamiento de menores de edad por participar en las manifestaciones.
Asimismo, subrayó la condena expresada por “las principales organizaciones de derechos humanos, gobiernos y cuerpos políticos internacionales” ante el llamado de Díaz-Canel, cuando pronunció en la televisión cubana las funestas palabras: “La orden de combate está dada, a la calle los revolucionarios”, calificándolas como un “llamado a una guerra civil de facto” por “arengar a sus partidarios a reprimir violentamente a los manifestantes”.
Unos manifestantes que, según CELANV, fueron en su gran mayoría pacíficos y que expresaron su inconformidad con el régimen cubano coreando “Patria y Vida” y gritando consignas de “Libertad”, “Abajo el comunismo” y “No tenemos miedo”, además de insultos contra Díaz-Canel.
“El Centro Latinoamericano para la Noviolencia no considera como vandalismo la inutilización de instrumentos de represión como carros patrulleros, tanquetas antimotines o cámaras de seguridad, empleadas por los gobiernos para identificar, perseguir y reprimir a los manifestantes”, aclaró la institución.
Según el CELANV, “América Latina registró en 2021 un incremento del uso de la acción noviolenta para conducir conflictos políticos y sociales en la región”. En ese sentido, apuntó que “la voluntad de apegarse a métodos no violentos continúa siendo tendencia en el subcontinente”.
La mayoría de las manifestaciones del 11J “transcurrieron con un alto nivel de disciplina no violenta”. No obstante, el informe del CELANV reconoce “incidentes aislados de vandalismo” contra algunas tiendas en MLC, explicando cuánto repudia la ciudadanía la existencia de estos comercios en los que el gobierno vende productos de primera necesidad en divisas mientras paga a los trabajadores en moneda nacional.
“Por el contrario, no se registraron ataques ni saqueos contra negocios de los ciudadanos, conocidos como ‘cuentapropistas’. La Coalición de Cuentapropistas Cubanos, asociación que agrupa a estos pequeños y medianos emprendedores, destacó el respeto de los manifestantes a los empresarios privados nacionales”, señaló.
Al contrario, el Informe del CELANV consideró que el 11J, en un primer momento, los represores se vieron desbordados “por el impresionante poder en números y la extensión territorial de las protestas” y luego actuaron haciendo uso de una violencia institucional desproporcionada.
“En la barriada de La Güinera, La Habana, el joven Diubis Laurencio Tejeda fue muerto de un disparo en la espalda efectuado por el subteniente de la policía Yoennis Pelegrín Hernández, exonerado de cargos por la fiscalía bajo el argumento de que actuó ‘en legítima defensa’. A partir del 12 el gobierno desató una represión extremadamente violenta, con la participación de cuerpos especiales de la policía conocidos como ‘Avispas Negras’”, indicó el informe.
Tejeda fue el único fallecido reportado entre el 11 y el 12 de julio, cuando se produjeron las protestas más violentas. Ultimado de un balazo en la espalda por un agente policial, el informe revela que el agente que disparó sobre él hirió además “a otros manifestantes con su arma reglamentaria”.
El portal del CELANV explica que se trata de una organización no partidista, sin fines de lucro, dedicada a la promoción de la Acción Estratégica Noviolenta como la herramienta más viable para promover cambios políticos y sociales en la región. El informe presentado analiza la realidad de 16 países latinoamericanos en 2021 y ubica a Cuba en el último puesto de represión violenta contra los activistas pacíficos, seguido por Nicaragua y Venezuela.
“Dos tendencias preocupantes emergen del análisis de la información contenida en este informe. Una de ellas es la reiterada tendencia por parte los gobiernos de la región a reprimir las protestas esencialmente noviolentas, con el uso de fuerza letal (munición viva) o semi letal (balas de goma, gases lacrimógenos)”, afirmó.
“En este sentido destacan de forma negativa, los gobiernos autocráticos de la región (Cuba, Nicaragua y Venezuela), no sólo por prestar oídos sordos a los reclamos de la población, sino además por el uso desmedido de la fuerza, causando víctimas fatales y lesiones a los manifestantes”, añadió el informe.
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