Una empresa privada de apenas nueve trabajadores es la encargada de suministrar el helado que se comercializa actualmente en el Coppelia de Matanzas.
La micro empresa privada Helados AlasK, con sede en esa ciudad, entrega cada día 300 potes de 240 mililitros, gracias a un convenio con el mercado mayorista de alimentos Mercabal.
Erién Sabido Toledo, socio de la mipyme, declaró al periódico Girón que este contrato es el que les posibilita adquirir el azúcar necesario para fabricar el helado artesanal.
"Una parte de esta producción se destina a Coppelia, aunque también mantenemos la venta en nuestra propia sede matancera en la calle Mujica entre Velarde y Salamanca", explicó.
Según Sabido Toledo, ingeniero industrial, por cada tonelada de azúcar su empresa entrega seis mil potes de helado.
"Nosotros nos beneficiamos al acceder a una materia prima indispensable pero también se favorecen los clientes porque pueden disfrutar de un producto de calidad", señaló.
Próximamente Helados AlasK empezará a comercializar su helado artesanal, , envasado en recipientes biodegradables, en la cafetería estatal Libertad, en el centro histórico de la ciudad.
El emprendedor relató que su negocio se creó hace casi ocho años. En 2020 se convirtió en proyecto de desarrollo local bajo el nombre de Sorbetes Pompón, y en este momento es una mipyme que da empleo a nueve personas.
Durante los meses más duros de la pandemia de coronavirus Helados AlasK donó parte de su producción al hospital militar Mario Muñoz Monroy, y hoy ayuda al mejoramiento constructivo de la sala de urología del hospital provincial Comandante Faustino Pérez, en aspectos como el cambio de luminarias.
La experiencia de esta mipyme matancera contrasta con la de la UEB Helados Coppelia de la capital, que en 2021 tuvo pérdidas que superaron los 800 mil pesos, y en los primeros meses de 2022 ha tenido pérdidas de más de 8 millones de pesos.
Aunque sus directivos lo niegan, esas cifras negativas podrían estar vinculadas al aumento de precio de las bolas de helado en la popular instalación de 5 a 9 pesos, medida que causó gran malestar en la población y que se suma a otras críticas sobre el servicio.
En otras provincias los emprendedores privados han echado a andar proyectos que el Estado, con su ineficiencia, no pudo sostener.
La antigua Fábrica de Hielo de Las Tunas, paralizada hace dos años, está produciendo no solo hielo sino también paletas de helado, gracias a una pequeña empresa constituida hace dos meses bajo el nombre de Hielocaribe.
Humberto Baldoquín Labrada, líder de la entidad, reveló a la Agencia Cubana de Noticias que ha puesto en funcionamiento dos máquinas de hielo y una de paletas. Esta última logró importarla desde Vietnam, mediante la Empresa Comercializadora DIVEP.
El emprendedor comentó que sus productos ya se comercializan gracias a alianzas establecidas con entidades de Comercio y Gastronomía, así como unidades empresariales de base.
Aunque las paletas no tienen leche, aseguró que poseen cremosidad, consistencia y atractivo.
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