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Opositores de Cuba, Nicaragua y Venezuela suscribieron este viernes la Carta de Granada, una misiva surgida de la unión y sinergia de activistas por la democracia de los tres países, y que cuenta con el apoyo de actores de la sociedad civil española y cubana en el exilio.
El documento, promovido con apoyo de la Subcomisión de Extranjería y Protección Internacional del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), insta a “crear una instancia de coordinación unificada” por una “unidad en la acción que permita multiplicar y fortalecer su impacto en el exterior y por ende en el interior de cada país”.
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Acogidos por la Universidad de Granada, personalidades y líderes de la oposición de los tres países expusieron la situación de sus respectivas dictaduras ante cientos de letrados españoles congregados en la XXX Jornadas de Extranjería de CGAE.
El evento se desarrolló este viernes en la Sala Magna de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de dicha universidad y contó con las intervenciones del dramaturgo y activista cubano Yunior García Aguilera, la premiada escritora nicaragüense Gioconda Belli y el alcalde de Caracas en el exilio, el venezolano Antonio Ledezma.
“Considerando que Cuba, Nicaragua y Venezuela son países hermanos que coinciden en sus aspiraciones de libertad”, el texto de la misiva expone que “la liberación de cualquiera de ellos tendría repercusiones significativas en los otros dos”.
Asimismo, los firmantes consideran que “las necesidades de solidaridad y apoyo para sus respectivas luchas requieren el consenso organizado de gobiernos democráticos de Europa y América Latina”, así como una mayor coordinación y unidad de acción “que permita multiplicar y fortalecer su impacto en el exterior y por ende en el interior de cada país”.
En ese sentido, llamaron a intensificar los vínculos entre sociedad civil y activistas por la democracia y los derechos humanos de los tres países para “unir esfuerzos y, de ser posible, crear una instancia de coordinación unificada”.
De igual modo, propusieron “poner en marcha y dar a conocer esta iniciativa en América Latina y Europa” y “debatir en las diferentes instancias de solidaridad de los tres países los modos de organización, las ventajas y obstáculos de un proceso como el aquí sugerido”.
“Creemos en el efecto positivo de unir los esfuerzos de las diásporas cubanas, venezolanas y nicaragüenses, y de otras personas de buena voluntad en España y otros países... Lograr esta unidad en la acción nos acercará al objetivo común de que la libertad y la democracia se abran camino y devuelvan la esperanza y el bienestar a pueblos que tanto los merecen”, concluye el documento.
Según la organización Prisoners Defenders (PD), una de las promotoras de la iniciativa, la situación de los tres países está marcada por “el mal común que subyuga a sus conciudadanos ante dictaduras que tienen la misma raíz y operan de manera semejante”.
Además de los firmantes de la Carta de Granada, en el acto intervinieron el presidente de PD, Javier Larrondo y el presidente de la subcomisión de Extranjería y Protección Internacional del CGAE, Blas Jesús Imbroda Ortiz.
En una muestra de apoyo a la iniciativa desde el entorno institucional e internacional, la Carta de Granada fue suscrita también por estas entidades.
“Desde la subcomisión del CGAE, se va a prestar todo el apoyo jurídico y el marco para que la Carta de Granada suponga un impulso diferencial en el accionar de activistas, artistas, periodistas independientes, opositores pacíficos y toda la sociedad civil de los tres países”, indicó Imbroda Ortiz.
“La unión de los activistas de los tres países es el paso que más pueden temer aquellos que, con sus acciones, cercenan los más elementales derechos humanos de los ciudadanos de Cuba, Venezuela y Nicaragua”, añadió.
Por su parte, la escritora nica manifestó que “las dictaduras de nuestros tres países promueven una metodología común para reprimirnos y negarnos la libertad. Es hora de que nosotros sumemos fuerzas unidos y fraternos”.
“Los problemas que confrontamos los venezolanos son similares a los padecimientos de los cubanos y nicaragüenses, así también son comunes nuestros ideales de libertad y hacemos comunión a la hora de articular esfuerzos para vencer esas tiranías que representan el eje del mal”, afirmó Ledezma.
“Es momento de atender de manera organizada a los millones de desterrados que requieren de nuestra orientación, no sólo para remediar asuntos personales sino para encausar su poder hacia la conquista de la democracia en nuestros países”, recalcó.
En cuanto al firmante cubano, uno de los líderes de la incipiente sociedad civil que se enfrenta al régimen totalitario de La Habana, consideró que “no solo es vital el intercambio de experiencias, la denuncia de los crímenes de las dictaduras, el apoyo mutuo y la creación de redes, sino también la búsqueda de estrategias comunes para transformar nuestras realidades, con el apoyo de la comunidad internacional”.
“La sociedad civil de nuestros países, que sufre bajo la represión de regímenes autoritarios, debe articularse para fortalecer nuestra resistencia y para trazar caminos hacia la democracia”, concluyó García Aguilera.
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