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Los cristianos cubanos volvieron a salir a las calles para celebrar el Viernes Santo tras dos años de restricciones impuestas por el gobierno para impedir los contagios de coronavirus.
Las iglesias y sus feligreses recrearon el viacrucis y sacaron a las calles imágenes del Cristo crucificado y la Virgen de los Dolores para recordar la fecha más importante para a religión cristiana.
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En la capital de la isla la procesión inició en la parroquia del Cristo del Buen Viaje y de acuerdo a un reporte de la agencia EFE, el vicario general y canciller de la Arquidiócesis de La Habana, Ramón Suárez Polcari, instó a los cubanos a "permanecer firmes en la fe y en el buen obrar".
Mientras se llevó a cabo la ceremonia religiosa, que contó con la presencia del cardenal Juan de la Caridad García, se lanzaron oraciones a favor del perdón, la reconciliación y para superar las divisiones.
"Tengo mucha esperanza de que la vida vuelva a ser como antes, aunque seguimos sufriendo por esta enfermedad. Hay mucha gente que no ha perdido la fe y hoy he venido a pedir a Dios que me ayude", dijo a la prensa extranjera acreditada en Cuba una cubana que se identificó como Ana María Martínez.
En otras ciudades de Cuba se celebró también el Viernes Santo y la prueba gráfica quedó registrada en las redes sociales, donde usuarios de Facebook subieron imágenes
Chema García compartió un video desde Camagüey, donde se observan a los costaleros llevando la imagen de la Virgen al paso de la música que marcaba el ritmo de los participantes en la procesión.
Otra imagen llevó desde Baracoa, Guantánamo, donde decenas de ciudadanos marcharon detrás de la virgen por las calles de la Ciudad Primada a la vez que entonaban cánticos religiosos.
En Trinidad, Sancti Spíritus, también hubo celebraciones, tal y como mostró Rolando Li en un foto reportaje que mostró instantáneas del momento.
"Una de la celebraciones religiosas de más arraigo entre los habitantes de esta Ciudad", escribió el cubano en Facebook.
La última procesión de Viernes Santo en Cuba fue en 2019, antes de que la pandemia del coronavirus obligara a todo el mundo a permanecer dentro de sus casas y reducir las actividades sociales, culturales y religiosas.
Tras muchos años de censura a la iglesia y sus celebraciones, el papa Benedicto XVI convenció al entonces mandatario cubano Raúl Castro de que se celebrara el Viernes Santo en la isla y se declarara como un día festivo.
No fue hasta 2014 que se hizo de manera oficial y abrió las puertas de las iglesias a la sociedad para que se sumara a la celebración más importante del cristianismo.
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