HUSARIVKA, Ucrania (Reuters) - Tanques destrozados en el lodo, edificios destruidos y familias en duelo son las imágenes de una aldea recuperada en el este de Ucrania, cuyos residentes observan el precio que tanto ellos como sus antiguos ocupantes rusos han tenido que pagar.
El mes pasado, los soldados ucranianos recuperaron Husarivka, un poblado agrícola con una población en tiempos de paz de 500 a 600 habitantes a unos 150 km al sureste de la ciudad de Járkov, después de intensos combates tras la invasión rusa el 24 de febrero.
A medida que las fuerzas rusas retroceden después de que no pudieron tomar las principales ciudades, incluidas Kiev y Járkov, y buscan reenfocar su ofensiva en la región de Donbas en el sureste, los residentes de las áreas circundantes comienzan la limpieza después de semanas de ocupación.
Haciéndose eco de los relatos de las fuerzas rusas mal disciplinadas y mal abastecidas de otras localidades en el norte y el este de Ucrania desde donde los rusos se han retirado, Nadezhda Syrova, de 79 años, dijo que los jóvenes soldados habían ido de casa en casa pidiendo comida.
Algunos de los invasores rusos dijeron que estaban en un ejercicio de entrenamiento o estaban allí para limpiar Ucrania de bandidos y "nazis", agregó, de pie en un terreno cerca de su casa.
"¿Dónde ves bandidos y nazis aquí? Somos gente normal y pacífica. Ucranianos", dijo.
En los campos cerca de la aldea se encuentran abandonados en el lodo vehículos blindados para traslado de personal y dos transportes de armamento antiaéreo rusos destrozados, rodeados de desechos que incluyen máscaras antigás, impresoras de computadora y calzado empapado.
En el pueblo mismo, hay un tanque ruso destruido en el camino, ya oxidado y con su torreta volada a un lado.
Un soldado ucraniano dijo que los combates continuaron durante unas tres semanas con su bando utilizando armas antitanque, incluida la artillería y misiles Javelin suministrados desde el extranjero, y finalmente expulsaron a dos grupos tácticos del batallón ruso.
"Pasamos por la derecha y por la izquierda del enemigo, nos colocamos en buenas posiciones y destruimos su equipo", dijo el soldado, quien habló con periodistas con la condición de ser identificado solo por su apodo Parker.
Dijo que su unidad había capturado a un oficial ruso y dos exploradores de una unidad de ingeniería que intentaba plantar minas alrededor de la aldea para detener el ataque ucraniano y tuvo que luchar con los contraataques de lo que describió como grupos de reconocimiento y sabotaje rusos.
Cuerpos quemados
No fue posible confirmar su relato de forma independiente, pero al menos una docena de vehículos blindados destruidos, incluidos tanques con las marcas distintivas "Z" de las fuerzas rusas, permanecían en la aldea y los campos circundantes.
Las autoridades ucranianas dicen que sus fuerzas mataron a casi 20,000 soldados rusos y destruyeron cientos de tanques y vehículos blindados de transporte de personal desde que comenzó la invasión. Otras estimaciones son mucho más bajas, pero los funcionarios occidentales estiman que el número de muertos rusos asciende a miles.
Ucrania también dice que cientos de civiles han muerto bajo la ocupación rusa. Moscú ha negado haber atacado a civiles, pero los lugareños en Husarivka dijeron que varias personas locales murieron o desaparecieron.
Tres cuerpos, quemados hasta quedar irreconocibles, fueron recuperados del sótano de una casa y llevados para ser investigados en busca de posibles signos de tortura, dijeron.
El situación en Husarivka coincide con los relatos en una serie de aldeas al este de Járkov, una ciudad de habla principalmente rusa cerca de la frontera noreste de Ucrania, que fue atacada por el Ejército ruso desde los primeros días de la guerra.
Aunque ya no amenaza con ingresar a la ciudad, Rusia ha mantenido un sitio parcial y la ha sometido a días de bombardeos cada vez más intensos.
Los edificios residenciales y la infraestructura de Járkov han sido atacados, causando docenas de víctimas, con más de 60 ataques de artillería y cohetes en una noche esta semana. El viernes, periodistas de Reuters escucharon disparos de mortero en áreas del norte de la ciudad.
(Reporte adicional de Alkis Konstantinidis; Editado en Español por Ricardo Figueroa)
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