El deportista cubano Fernando Dayán Jorge, quien a comienzos de marzo abandonó en México la delegación oficial con la que viajó a ese país, salvó a una compatriota de morir ahogada en el Río Bravo cuando intentaba llegar a Estados Unidos.
Tras dos semanas en territorio americano, el campeón olímpico de canotaje dijo a America TeVe que después de cruzar la frontera se entregó a las autoridades de inmigración y presentó su carné de identidad, porque su pasaporte se lo habían quitado los jefes de la delegación cubana.
En la sección de comentarios de la página en YouTube del canal, una mujer identificada como Lisandra Rondón Lara reveló que Dayán Jorge le salvó la vida, a pesar de que él mismo estaba en peligro.
"Aparte de ser un gran atleta es un héroe, mi esposo y yo siempre le vamos a estar agradecidos, pues hoy estoy viva gracias a que él me salvó la vida prácticamente en Río Bravo. Tuvo paciencia, pese a que su vida también corría peligro él me ayudó en un momento terrible, no dudó ni se desesperó", relató.
Lisandra añadió que siempre le agradecerá su gesto.
"Me salvaste la vida, gracias por ayudarme, te deseo que se cumplan todas tus metas y que Dios siempre te acompañe, campeón", subrayó.
El esposo de la joven, llamado Daylor Vázquez, ratificó lo dicho por su pareja.
"Aparte de ser un buen deportista, cruzamos junto el río y le salvó la vida a mi esposa, nunca nos abandonó. Un abrazo grande hermano, aquí tienes unos hermanos para siempre", expresó.
Dayán, de 23 años, contó al periodista Juan Manuel Cao que cuando estaba en México estaba tan controlado que por un momento pensó que no iba a poder escapar.
"Ellos venían desde Cuba vigilándonos: 'Todos unidos, todos aquí, todos allá...', y era muy difícil separarse del grupo. Yo por lo menos tuve una sola oportunidad y esa fue la que aproveché", detalló.
Tras la huida de Fernando en México, la Comisión Nacional de canotaje calificó la decisión del atleta como una "grave indisciplina", y añadió que "echa por tierra años de intensa labor y aspectos de la estrategia de desarrollo de ese deporte".
"Ha dado la espalda al compromiso con nuevos resultados para su deporte y su pueblo", dijo la institución estatal a la revista especializada Jit.
Los inmigrantes cubanos que todos los días se enfrentan al Río Bravo en su afán de alcanzar el territorio de Estados Unidos, a menudo viven momentos de tensión debido a la fuerte corriente y la profundidad de las aguas.
El domingo pasado, un grupo de ellos, entre los que se encontraba un niño, se lanzaron al río en las cercanías del Puente Fronterizo de la ciudad de Piedras Negras ante la mirada de vecinos, elementos de enlace y agentes del orden de ambos países.
Aprovechando que la corriente parecía más suave, y equipados algunos de ellos con chalecos salvavidas, incluidos los que parecían ser los padres del niño, se agarraron en cadeneta de los brazos y se internaron en las aguas.
En la otra orilla, agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos aguardaban el cruce de todos los migrantes.
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