Vídeos relacionados:
Las sentencias de ocho manifestantes del 11J en el poblado de El Caney, cinco de los cuales pertenecen a una misma familia, fueron notificadas el pasado viernes por el Tribunal Municipal de Santiago de Cuba; informó Radio Televisión Martí.
Dayron Yunior Labrada Linares declaró al medio con sede en Florida que actualmente tiene a varios familiares suyos encarcelados: Iván Arocha Arocha (10 años de privación de libertad), Iván Arocha Quiala (10 años de privación de libertad), Eduardo Reynaldo Machado Arocha (nueve años de privación de libertad) y Enrique Ferrer Echeverría (12 años de privación de libertad).
Lo más leído hoy:
Además, Labrada Linares, de 23 años, se encuentra en estos momentos bajo fianza. Es uno de los ocho sentenciados y, si se ratifica en la vista de apelación la petición de siete años de cárcel en su contra, deberá ingresar a un centro penitenciario.
“Este proceso ha sido ilegal, pues me atribuyen delitos inexistentes y que fueron manipulados por el fiscal, el instructor y los testimonios falsos de los policías y testigos de la Fiscalía. Al igual que los demás familiares y amigos míos que les imputan delitos que no cometieron. Cuando nos manifestamos no pensamos que tuvieran tanta gravedad, pues solamente pedíamos libertad, medicamentos, alimentos, por la escasez que nos está afectando”, explicó.
Las otras personas sentenciadas fueron Yusnaira González Pérez (cinco años de privación de libertad); Abdiel Cedeño Martínez (seis años de privación de libertad) y Luis Ibarra Hernández (multa de 4,000 pesos).
Según las conclusiones provisionales de la Fiscalía, que figuran en la causa 448 de 2021 consultada por Radio Televisión Martí, “los acusados con el fin de sembrar el caos, socavar y resquebrajar la confianza en las fuerzas policiales como garantes del orden, la disciplina social y la tranquilidad ciudadanas, vulneraron el desempeño correcto de las funciones públicas”, “mancillaron la figura del presidente” y “alentaron al pueblo a la ingobernabilidad y a la desorganización”.
No obstante, Labrada Linares sostiene que “la manifestación, todo el tiempo, fue pacífica" y "la agresión la pusieron los policías actuantes y, por tanto, pensábamos que no íbamos a ser castigados por esto".
"Los testimonios nuestros no fueron válidos para el tribunal, solamente fueron tomados en cuenta los testigos de la Fiscalía. A partir de este momento, lo que me pueda suceder a mí o alguno de mis familiares, responsabilizo a las personas que se han prestado para tales injusticias”, denunció el joven.
“Habían alrededor de 60 personas o más pero solo nos quedamos nosotros, pues al primero que detienen es a mi tío Iván Arocha que estaba de manos cruzadas y sólo fue en busca de mi primo Iván. Todo pasó en la esquina del parque de El Caney, frente a la Iglesia, las demás personas corrieron y se alejaron del lugar, no podíamos abandonar a mi tío. Nos atacaron con palos y gas pimienta y luego de esposarnos a los tubos de la guagua nos dieron golpes resultando todos lesionados y nunca nos dieron atención médica”, contó.
“Solo espero que no nos dejen desamparados y que tarde o temprano se haga justicia”, agregó.
Labrada Linares fue considerado culpable de los delitos de “propagación de epidemias, desórdenes públicos, desacato, desacato a la figura agravada del presidente y atentado”. En los otros casos las acusaciones son básicamente las mismas, aunque también se utilizaron las figuras de evasión de presos, resistencia e instigación a delinquir.
“Sé que no cometieron delito alguno porque yo estuve allí y los oficiales al llegar arremetieron contra los presentes con gas pimienta y objetos como palos y tonfas, destacando que ninguna de las personas aglomeradas poseía armas de ningún tipo y sólo se pedía libertad plena: “Viva Cuba libre” y “Patria y vida”, y se clamaba por las necesidades que aún arrecian a nuestro pueblo como falta de medicamentos, comida, fluido eléctrico”, relató a Radio Televisión Martí Glenis Quiala Estupiñán, esposa de Iván Mauricio Arocha y madre de Iván Arocha Quiala.
“Fue una manifestación pacífica, sin vandalismo alguno. Aunque yo no me manifesté, estuve presente, pues fui en busca de mi hijo. Cuando vi que se llevaban a mi familia, monté por mi propia voluntad en el vehículo, junto a mi hija Sheila Glenis Arocha Quiala, donde presenciamos cómo golpeaban a los detenidos luego de haberlos neutralizado, esposándolos a los tubos de los asientos del ómnibus”, resaltó.
“Por suplicar que no les dieran más a nuestros familiares, el capitán Húber Tamayo Mengana le dio una patada a mi hija en el abdomen, lanzándola al piso. Luego estuvimos detenidas, ella y yo, 14 días”, añadió Quiala Estupiñán.
Archivado en: