Corea del Norte difundió el jueves el lanzamiento de un nuevo y gran misil balístico intercontinental (ICBM), en un video al estilo de Hollywood que a muchos les recordó a Top Gun, el exitoso filme de pilotos protagonizado por Tom Cruise en 1986.
En el video aparece el líder Kim Jong-un vestido con una chaqueta de cuero brillante y gafas de aviador, caminando en cámara lenta entre dos militares, mientras detrás de ellos las puertas del hangar se abren para revelar el enorme cohete.
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De fondo, una música con tonos épicos se va intensificando, a la par que Kim y los dos oficiales miran sus relojes. Segundos después, el dirigente se quite las gafas de sol y asiente con la cabeza para indicar que el misil se dirige a la zona de lanzamiento.
Tras la cuenta regresiva, el proyectil sale disparado hacia el espacio. Después de que desaparece, Kim celebra eufórico con sus dos ayudantes.
Las imágenes de televisión, tomadas desde el aeropuerto internacional de Sunan, cercano a la capital, Pyongyang, permitieron ver el proyectil, que algunos llaman "el monstruo" por su gigantesco tamaño.
Se trata del mayor misil de combustible líquido jamás disparado por cualquier país desde un lanzador móvil. Según la agencia estatal KCNA, llegó más alto y más lejos que cualquier otra prueba norcoreana, a una altura de 6,248 kilómetros y a una distancia de 1,090 kilómetros, antes de aterrizar en el mar, al oeste de Japón.
Kim dijo que su objetivo es demostrar el poder de su fuerza nuclear y disuadir cualquier movimiento militar de Estados Unidos.
El dictador ordenó la prueba debido a la "tensión militar que se intensifica a diario en la península de Corea y sus alrededores" y a la "inevitabilidad de la larga confrontación con los imperialistas estadounidenses, acompañada del peligro de una guerra nuclear", informó KCNA.
"Las fuerzas estratégicas (...) están totalmente preparadas para frenar y contener a fondo cualquier intento militar peligroso de los imperialistas estadounidenses", dijo Kim mientras supervisaba el lanzamiento, según la agencia.
La vuelta de Pyongyang a las pruebas de armas consideradas capaces de alcanzar a Estados Unidos, supone un desafío directo al presidente Joe Biden, implicado en la respuesta de su gobierno a la invasión rusa de Ucrania.
"Este lanzamiento es una violación descarada de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, eleva de forma innecesaria las tensiones y provoca un riesgo de desestabilización de la situación de seguridad en la región", dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, en un comunicado.
"La puerta no se ha cerrado a la diplomacia, pero Pyongyang debe cesar de inmediato sus acciones desestabilizadoras", añadió.
El presidente saliente de Corea del Sur, Moon Jae-in, calificó el lanzamiento de "violación de la moratoria sobre los lanzamientos de misiles balísticos intercontinentales que el propio presidente Kim Jong-un prometió a la comunidad internacional".
Por su parte el recién electo mandatario surcoreano, Yoon Suk-yeol, dijo que el Norte no tiene nada que ganar con las provocaciones.
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