Cubanos salen a las calles sin haber desayunado

El desayuno está prohibido para los cubanos, por los altos precios de los productos alimenticios, la carencia de leche y la escasez de pan.

Calles de La Habana (imagen de referencia) © CiberCuba
Calles de La Habana (imagen de referencia) Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 2 años

Los cubanos son obligados por el Estado a renunciar a la comida más importante del día, el desayuno, porque en medio de la actual crisis económica no hay leche, no alcanza el pan, ni la cuota de café ni se vende té.

En un reportaje reciente de Diario de Cuba se pueden apreciar las respuestas de los habaneros ante la pregunta '¿Qué desayunaste hoy?'. La mayoría dijo "nada".


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El país enfrenta una de las peores crisis económicas, algunos aseguran que es más cruda que el Período Especial, porque no hay prácticamente nada que se pueda adquirir a un precio asequible, ni de modo estable.

La poca oferta que se encuentra en los mercados tiene un alto valor por la inflación que golpea a la isla desde que el gobierno de Miguel Díaz-Canel aprobó la Tarea Ordenamiento, en medio de una pandemia sin precedentes.

"Tengo una compañera que llega todos los días a la oficina con ganas de orinar, porque el cocimiento de moringa la pone mal. No he podido comprar leche, no existe, no la hay ni en MLC, desde hace semanas. El café me duró 15 días. En La Habana todos vivimos a base de moringa, aunque nadie lo diga", comentó una fuente, que no quiere ser identificada, a CiberCuba.

Muchos cubanos destinan el pan que adquieren por la libreta de abastecimiento para que sus hijos puedan merendar durante el día. Lo que le ponen dentro a ese pan puede variar, desde un puñado de azúcar hasta una lasca de jamón, los más afortunados.

La leche está desaparecida de las tiendas, no se encuentra ni en moneda libremente convertible (MLC). Una bolsa del producto en polvo puede llegar a costar mil pesos. El Estado solo garantiza los lácteos para los niños y en cuotas cada vez más restringidas.

Miles de residentes en la isla sufren extrema pobreza y vulnerabilidad económica. Una madre en Guantánamo confesó que se ve obligada a vender la leche de su hija para poder comprar otros alimentos. Subsisten sin ayudas sociales ni amparo institucional.

En febrero decenas de cubanos respondieron indignados a las declaraciones del ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, cuando afirmó que en el gobierno "no cesan los esfuerzos por garantizar la leche en polvo para los más vulnerables".

El comentario generó malestar, pues el pueblo ya no cree en esos "esfuerzos gubernamentales". La prolongada carencia de alimentos básicos lleva a miles de familias a salir a la calle a trabajar y a estudiar, sin nada en el estómago.

Ya no se puede contar ni con el agua con azúcar, el famoso "miroldo", que salvó a los cubanos en el Período Especial porque la cuota de azúcar también la redujeron y la libra en el mercado informal está cada vez más cara. En la actualidad son afortunados quienes desayunan algo en Cuba.

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