Numerosos productores de Camagüey denunciaron la escasez de alimentos para la cría de cerdos y su repercusión en los precios a los que deben comercializar la carne, luego de que a inicios de este año la Empresa Porcina de la provincia recibiera comida para solo 850 animales reproductores.
El periodico oficialista Adelante admitió que en estos momentos los agricultores del territorio se ven obligados a adquirir la lata de pienso en el mercado negro por un valor superior a los 800 pesos, mientras que otras alternativas como la yuca también están en falta, lo que los obliga a recurrir al llamado sancocho, que ralentiza la cría a gran escala.
El dueño de un matadero en el barrio La Norma explicó que la crisis es tal que, de tener días de trabajo con 50 ó 60 sacrificios, las jornadas de ahora apenas implican entre cinco y10 ejemplares, y que el Estado no les vende prácticamente ningún producto para la alimentación animal.
Laura de los Ángeles Duarte Montell, directora general de la Empresa Porcina de Camagüey, reconoció que ante la falta de materias primas en todo el país, la entidad ha tenido que cerrar los convenios con los productores independientes, pues de entregar el 70 % de la comida y el pie de cría, han pasado a mantener intercambio con solo dos particulares a los cuales apenas facilitan este último recurso.
Al no contar con cantidades necesarias de pienso, soya, maíz y otros suplementos, podrían ser sacrificadas más de 1000 reproductoras, lo cual dañaría de forma irremediable el plan porcino del territorio que tardaría años en volver a recuperarse de esta profunda crisis.
La situación, agravada durante el pasado año, significó que la empresa camagüeyana solo produjera 1,493.6 toneladas de carne de cerdo, de plan inicial de más de 4,000, con una merma de hasta 30 millones de pesos, de los cuales pudieron subsidiar 24, disminuyendo la rentabilidad de la entidad estatal.
Pedro León Rodríguez, director de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Porcina Charles Morell, comentó que ante la escasez de comida, perdieron 400 ejemplares, a los cuales tuvieron que sacrificar, disminuyendo el índice de nacimientos en casi un animal por parto.
“Nosotros recibíamos 110 toneladas de pienso, ahora solo 23 toneladas de mezcla de aflecho, más la yuca, harina de pescado, los desechos generados por los propios sacrificios, además de plantas proteicas y con eso proporcionamos la dieta que nunca se va a acercar al pienso pero permite mantener un mínimo de animales y genera tres meses de atraso en la ceba, ahora logramos en ocho meses, mientras que antes lo hacíamos en cinco”, agregó.
El productor Humberto García Díaz calificó de insostenible la cría de cerdos y relató que se vió obligado a cerrar su convenio con el estado, luego de cinco años. Señaló que sus instalaciones, que incluyen un canal de más de 60 metros para llevar los desechos a la laguna de oxidación, están cerradas y vacías.
“Perdí mucho, compré los animales a 80 pesos el kilogramo y tuve que vendérselos a la Empresa al terminar el convenio a 31. Pero espero que sea sostenible de nuevo, alguien tendrá que darse cuenta de que con yuca no se puede engordar puercos, no es lo mismo cuando tenías que buscar solo el 30 % de la comida. Completabas con aflecho y algo de viandas, pero ahora ni ese desecho de la producción de cerveza, aparece”, aclaró García.
Como consecuencia, en los puntos de venta de la provincia, la carne porcina se comercializa a precios abusivos. La libra del producto alcanza hasta los 160 ó 170 pesos cubanos, por lo que quienes se dedican a esta actividad económica explican que ellos entregan las ganancias a la cooperativa por un salario de 2,100 pesos.
En jornadas recientes el presidente de la Asamblea del Poder Popular, Esteban Lazo, reconoció las condiciones precarias que existen en Cuba para la alimentación porcina y dijo que el país apostaría por los cerdos de capa oscura o criollos, pues resultan más resistentes a la falta de comida.
De momento, esta iniciativa se implementa en la provincia Artemisa, pero Lazo espera que pueda trasladarse a otros territorios durante el año en curso, como medida para devolver la carne de cerdo a la mesa de los cubanos.
El gobierno cubano incluso recurrió a la importación de carne de cerdo desde Brasil para comercializarla en tiendas de Moneda Libremente Convertible (MLC) de La Habana.
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