La opositora Keilylli de la Mora Valle, miembro de la organización Unión Nacional Patriótica de Cuba (UNPACU) y promotora de la iniciativa CubaDecide, fue atacada en la noche del jueves por un desconocido en Cienfuegos, quien le provocó un corte en la cara que requirió puntos de sutura.
De la Mora Valle se encontraba con un grupo de conocidos sentada en el malecón de Cienfuegos entre quienes se encontraba el presunto agresor. Luego de despedirse y volver a casa en compañía de un amigo, la activista fue agredida por una persona que le propinó lo que ella describe como “un golpe en la cara”.
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Su amigo también fue golpeado en la cara con un manotazo. De la Mora Valle cogió una guataca de un barrendero para defenderse y entonces el agresor huyó. Fue en ese momento que la miembro de la UNPACU se dio cuenta que sangraba y que tenía un corte en la cara.
“Para las personas que creen que la dictadura no es capaz de todo: la dictadura te mata”, dijo la activista este sábado en una directa de redes sociales, cargando toda la responsabilidad del ataque sobre los represores del régimen cubano.
“Esa ‘picada’ fue enviada. Ni yo ni el muchacho que estaba conmigo lo conocíamos [al agresor]. Hice la denuncia en la policía, pero sin resultados de momento”, explicó la ex prisionera de conciencia que supone que el ataque fue ordenado por los represores de la Seguridad del Estado.
Según relató, luego de la agresión acudió al hospital, pero no quisieron darle los primeros auxilios hasta que llegara el policía de guardia –que no se encontraba allí en ese momento- y levantara acta de la agresión.
La activista protestó por la desatención y dio gritos en contra del régimen. Al momento acudió la Seguridad del Estado al hospital y los médicos la atendieron. Recibió cuatro puntos de sutura en la herida.
Sin embargo, su sufrimiento se iba a prolongar todavía más. Tras recibir los primeros auxilios, la activista de la UNPACU se dirigió a la policía para poner la denuncia. En la estación, la hicieron esperar y la maltrataron, mientras el efecto de los analgésicos pasaba y su dolor aumentaba. De la Mora Valle decidió marcharse sin interponer la denuncia, ante lo que consideró una revictimización de su caso por parte de la policía.
Lejos de atender a sus obligaciones de proteger a los ciudadanos, la policía decidió entonces emprenderla contra la víctima de la agresión, reteniéndola en la estación en contra de su voluntad y forzándola a denunciar luego de que ella decidiera no hacerlo, en protesta por el maltrato sufrido por los agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR).
Luego de un forcejeo con los agentes, del cual resultaron arañazos en sus brazos, estos la llevaron de vuelta a la unidad policial. Su herida también resultó lastimada en el altercado con la policía, por lo que en la estación una enfermera le puso otro parche, debido a la sangre que volvía a salir de la herida.
Finalmente, la activista fue dejada marchar por la policía, no sin antes aparecer en escena el Mayor Jesús, un represor al que la activista conoce de su anterior detención y sentencia de un año y seis meses de privación de libertad, dictada en un proceso sumarísimo por los supuestos delitos de propagación de epidemia, desobediencia, desacato y resistencia.
Al llegar a su casa, de la Mora Valle se encontró con Dayana, la jefa de sector, quien había recibido una llamada para pedirle que fuera a la unidad a poner la denuncia. Luego de tomar nuevos calmantes, la activista fue nuevamente a presentar la denuncia, esta vez acompañada de su tío y Raúl González González, coordinador del Movimiento Consenso Ciudadano en Cienfuegos.
“Este es el precio de luchar contra el régimen. Otra marca más de mi lucha; otra cosa que me dará más fuerza. No me voy a deprimir. Voy a seguir siendo bonita y valiente. Y activista de la UNPACU”, aseguró de la Mora Valle en una directa que concluyó solidarizándose con el pueblo de Ucrania.
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