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Estados Unidos y sus aliados europeos acordaron este sábado bloquear a los principales bancos rusos del sistema global SWIFT para transacciones financieras, en represalia por la invasión de Ucrania.
La decisión promovida conjuntamente entre Washington, la Unión Europea, Reino Unido y Canadá constituye un fuerte golpe a la economía rusa, cuyos bancos quedarán impedidos de acceder al servicio de operaciones entre miles de instituciones financieras.
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El SWIFT -siglas que identifican la red Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication- mueve diariamente miles de millones de dólares entre más de 11,000 bancos y otras instituciones financieras a escala mundial.
Las "medidas restrictivas" anunciadas forman parte de una nueva ronda de sanciones financieras que buscan cerrarle el paso a Rusia a nivel internacional, y causarle severos efectos en su economía y finanzas.
"Mientras las fuerzas rusas desatan su asalto a Kiev y a otras ciudades ucranianas, estamos decididos a seguir imponiendo costos a Rusia para aislarla aún más del sistema financiero internacional y de nuestras economías", indicó la declaración conjunta, difundida por la Casa Blanca.
Las restricciones entrarán en vigor en los próximos días, según señala el documento. El paquete de medidas incluye cuatro objetivos básicos:
- Garantizar la retirada de determinados bancos rusos del sistema de mensajería SWIFT. Esto garantizará la desconexión de estos bancos del sistema financiero internacional y perjudicará su capacidad para operar a nivel mundial.
- Imponer medidas restrictivas que impidan al Banco Central de Rusia desplegar sus reservas internacionales de forma que socaven el impacto de las sanciones.
- Actuar contra las personas y entidades que facilitan la guerra en Ucrania y las actividades perjudiciales del gobierno ruso. En concreto, se trata de medidas para limitar la venta de ciudadanías -los llamados pasaportes dorados- que permiten a los rusos acaudalados convertirse en ciudadanos de Estados Unidos y países europeos y acceder a sus sistemas financieros.
- Poner en marcha esta próxima semana un grupo de trabajo transatlántico que garantice la aplicación efectiva de las medidas financieras, lo que implica identificar y congelar los activos de las personas y empresas sancionadas en cada país. Como parte de este esfuerzo, se implementarán sanciones financieras y otras medidas coercitivas sobre otros funcionarios rusos y élites cercanas al gobierno ruso, así como sus familias y sus facilitadores.
El acuerdo implica además un compromiso con otros gobiernos para detectar e interrumpir el movimiento de las ganancias mal habidas y para negar a personas sancionadas la capacidad de ocultar sus activos en jurisdicciones de todo el mundo.
No ha sido fácil para Estados Unidos llegar a un consenso sobre las sanciones del SWIFT, aunque fue una de sus recomendaciones a los aliados desde que Putin desató la invasión. El comercio de la Unión Europea con Rusia se valora en unos 80,000 millones de euros, alrededor de 10 veces superior al volumen de las operaciones rusas con Estados Unidos.
De hecho, la desconexión de Rusia del SWIFT será parcial, lo que deja a la administración Biden y a sus aliados con margen para intensificar las sanciones a mediano plazo. Tanto Estados Unidos como Alemania se ven afectados por la restricción.
El tema del SWIFT tiene una larga trayectoria de consideraciones estratégicas respeto a Rusia. En 2014 los aliados europeos valoraron aplicar la restricción cuando Rusia ocupó Crimea, pero Moscú dijo entonces que la medida equivaldría a una declaración de guerra y la propuesta se congeló.
Rusia ha intentado desarrollar su propio sistema de transferencias financieras, pero la funcionalidad de sus operaciones es limitada por esa vía.
Washington solo ha conseguido implementar la expulsión total del SWIFT contra Irán, debido a su programa nuclear.
Este sábado, la declaración de los aliados consideró que la guerra de Rusia representa un asalto a las reglas y normas internacionales fundamentales que han prevalecido desde la Segunda Guerra Mundial y que Occidente está comprometido a defender.
"Pediremos cuentas a Rusia y nos aseguraremos colectivamente de que esta guerra sea un fracaso estratégico para Putin", señaló el documento, que alertó sobre la necesidad de enfrentar la desinformación y otras formas de guerra híbrida.
"Estamos con el pueblo ucraniano en esta hora oscura. Incluso más allá de las medidas que anunciamos hoy, estamos dispuestos a tomar otras medidas para que Rusia rinda cuentas por su ataque a Ucrania", concluyó la declaración.
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