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Villa Clara, la provincia más envejecida de Cuba, remarcó en 2021 su tendencia al decrecimiento de su población, tras registrarse 8,456 defunciones más que nacimientos.
Según una información publicada en un sitio web del gobierno provincial, durante el año anterior, hubo 6,157 nacimientos -la cifra de nacidos vivos más baja en las últimas tres décadas- y 14,613 muertes.
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Desde 2014 fallecen más personas en Villa Clara que las que nacen, un comportamiento recurrente cada año y con un impacto negativo en las dinámicas demográficas en ese territorio del centro de Cuba.
En las estadísticas oficiales de 2021, es lamentable en particular la pérdida de 46 niños, 22 más que el año precedente, aunque la nota no informa las causas de estas muertes infantiles.
Los datos, subraya el reporte, advierten que en Villa Clara se está perdiendo el reemplazo poblacional futuro, indicador en el que también repercuten las elevadas cifras de migración hacia el exterior e incluso hacia otras provincias, admitió la vicegobernadora del territorio Milaxy Sánchez Armas.
La funcionaria reconoció que aún es deficiente la atención estatal a las casas infantiles, que en la actualidad acogen a 197 niños, y a las madres con tres hijos o más, a quienes no siempre se les entrega la vivienda que promete el gobierno en estos casos.
Sánchez Armas dijo que era necesario “fortalecer la autonomía municipal”, pues la población rural también presenta un envejecimiento notable, representando apenas un 5% de la ciudadanía activa. Las localidades más envejecidas son Quemado de Güines, Placetas y Cifuentes.
En Corralillo también se reporta un aumento del número de adultos mayores e incluso sus autoridades admitieron que han desaparecido asentamientos humanos, ante la desatención y la falta de recursos en esos lugares tan apartados, donde los servicios básicos resultan insuficientes.
Al respecto, la vicegobernadora explicó que las empresas agrícolas debían incrementar las casas infantiles, para facilitar la incorporación de las madres a labores agrícolas, como la recolección de café en el pico de la cosecha.
La funcionaria dijo, además, que el enfoque estatal estaba en los jóvenes profesionales, a quienes se buscaba la manera de incentivar, mediante la entrega de casas, programas de recreación y mejores oportunidades de trabajo.
Las alarmantes cifras demográficas afectan a toda la nación, siendo Cuba el país más envejecido de América Latina, con un descenso sistemático de la población menor de 60 años, en tanto crecen los habitantes con más de seis décadas de vida, en particular los que sobrepasan los 70 y 80 años.
El director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana, Antonio Aja Díaz, dijo al Noticiero de la Televisión Cubana que estos números están en correspondencia con la alta expectativa de vida que existe en la isla. Señaló que el envejecimiento no se revierte ni se enfrenta, sino que debe atenderse.
El especialista indicó que los factores de mayor influencia en la dinámica demográfica del país son la natalidad, la mortalidad y las migraciones. Apuntó que ante las tasas tan bajas de fecundidad, a Cuba no le queda más alternativa que buscar más nacimientos.
Por su parte, el doctor Juan Llibre Rodríguez, director del Centro de Estudios de Alzheimer, aseguró que el país experimenta un envejecimiento demográfico sin precedentes y que en 2021, el 21,3 % de la población alcanzó los 60 años y para el 2030 aumentará hasta el 30%, lo cual implica que las autoridades realicen una transición epidemiológica o de salud, con sus respectivos impactos sociales, económicos y salubristas, entre otros.
No obstante, resultan frecuentes las denuncias contra el gobierno por casos de maltrato y abandono de adultos mayores, cuyas pensiones apenas les permiten cubrir las necesidades básicas: alimentación, higiene y medicamentos.
Un ejemplo se conoció en junio de 2021, cuando el activista cubano Michael Valladares, director provincial del Partido Republicano de Cuba, publicó en redes sociales la triste situación de un anciano que, desprotegido, vivía por esas fechas en la parada de la carretera San Felipe a Quivicán, en Mayabeque. “Hizo de la parada su casa; allí come, duerme y lo hace todo. Su comida mayormente es mango. Allí duerme y despierta entre los ruidos y la gente que se baja a la parada”, comentó Valladares en su perfil de Facebook.
Otro caso trascendió en septiembre del año anterior, cuando la Dirección Municipal de Vivienda de La Lisa, en La Habana, amenazó con desalojar a Roberto Fidel Martínez Sotolongo, un anciano de 74 años que intentaba recuperar un terreno de su propiedad y que está ocupado ahora por otra persona. Martínez Sotolongo residía en la Avenida 71, entre 144 y calle Río, en El Palenque, pero desde que su vivienda se desplomó, hace más de 10 años, ha vivido en la calle.
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