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A pesar de las medidas tomadas en 2021 por el gobierno para incentivar la ganadería y la producción de alimentos en Cuba, en Sancti Spíritus se reporta actualmente un retroceso significativo en este sector; informó este lunes el periódico oficialista Escambray.
La provincia, que es una de las que mayores aportes de carne y leche debe realizar a nivel nacional, mostró durante 2021 un deterioro preocupante: ocurrieron más de 20,000 muertes vacunas, decreció la masa en 8,254 cabezas y la natalidad quedó en el 47 por ciento, con 5,062 nacimientos menos en comparación con 2020.
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Además, al cierre de enero, al territorio le faltaba contratar seis millones de litros de leche para cubrir la entrega planificada a la industria láctea.
"El retroceso en indicadores esenciales, más que asombrar, delata un descontrol que pone en entredicho el fin primario de recuperar la ganadería y cuanto sistema de trabajo existe en función de esa rama", consideró el autor del artículo.
En abril del año pasado, el gobierno aprobó la libre comercialización de carne de ganado menor y mayor a los productores agropecuarios, así como de leche fresca y sus derivados, en un paquete de 63 medidas encaminadas a aumentar la producción de alimentos y recuperar la ganadería.
Sin embargo, ya desde diciembre las cifras al respecto resultaban desalentadoras. El economista cubano Pedro Monreal advirtió en diciembre que, desde 1985, en Cuba se ha perdido la cuarta parte del rebaño bovino.
"La masa ganadera vacuna ha decrecido de manera sostenida en los últimos 35 años, con la excepción del periodo 2006-2014, pero entre ese año y septiembre de 2021 se redujo 10,2 por ciento", precisó entonces el experto.
En Sancti Spíritus, donde más del 80 por ciento del rebaño está en manos del sector cooperativo y campesino, las dos causas principales de muerte de vacas están ligadas, en primer lugar, a la desnutrición y, en segundo lugar, a accidentes.
La desnutrición es provocada "por falta de alimentación, suministro de agua y de manejo integral al rebaño", mientras que los accidentes, que representan cerca del 20 por ciento de las muertes, se explica en el diario Escambray como una consecuencia de la falta de control.
También en Camagüey, en 2020, más de 41,000 reses murieron principalmente por desnutrición, con lo cual superó esta causa la de hurto y sacrificio. Y a esto también se sumó una la baja natalidad.
"Detrás de la depauperación de la ganadería local aparecen situaciones que parecieran ilógicas, como esa de racionalizarle el agua al rebaño y, en algunos casos, restringírsela a una vez al día. Aunque puedan existir carencias de combustible y baja disponibilidad de las fuentes de abasto, nadie mejor que el ganadero para saber lo que determina ese consumo en el animal", asegura el reporte de Escambray.
Asimismo, la nota alerta que las medidas del gobierno podrían traer el efecto contrario, debido a que en el municipio de Sancti Spíritus ha aumentado el número de productores (son más de 300) que serán autorizados en el 2022 a matar animales por cumplir los requisitos del sacrificio, sin que aumente a la par el ganado. Los productores que podrán sacrificar reces representan apenas el 10 por ciento de los propietarios de ganado en esa zona.
"De prevalecer ese comportamiento, las medidas pudieran surtir el efecto contrario y hasta conducir a la extinción de la masa", advirtió Escambray.
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