La Dama de Blanco Yida Fernández Peña, exiliada en Estados Unidos, pudo reencontrarse con su hijo Ernesto Labrada Fernández, a quien no veía desde 2015, cuando tuvo que exiliarse; aunque su felicidad no es completa porque añora a su hija Mabel, también opositora, y que aún vive en Cuba, donde quedó a a cargo de su sobrino.
Doy gracias a Dios porque mi hijo haya podido llegar a Estados Unidos, librándose de la dictadura castrista que, desde pequeño lo agredió, trasladándolo a una escuela para niños con problemas mentales, como represalia a mi actitud en defensa de los derechos humanos, dijo la Dama de Blanco a CiberCuba, desde su casa en New Jersey.
El hijo, que ahora tiene 33 años, sufrió varias agresiones de niños con trastornos mentales, que le provocaron heridas y rompían su uniforme y mochila, usando cuchillas, rememoró su madre.
Me siento feliz porque mi hijo haya podido llegar a Estados Unidos, tras un mes de travesía riesgosa por diferentes países, pero tengo pena por mi hija Mabel (26 años) y mi nieto Michel, que aun viven en Cuba; pero mi hijo no podía arriesgar al suyo en un recorrido lleno de peligros, contó.
"Mi hijo ya es libre de dictadores y golpizas; mi hija y mi nieto también lo serán", concluyó Yida Fernández Peña, que fue a residir a New Jersey porque allí vive su tío Rufino Peña, ex preso político cubano.
Hasta su salida de Cuba, Yida Fernández Peña vivió en el pueblo de Velasco, municipio Gibara, en la nororiental provincia de Holguín, donde viven su hija y nieto.
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