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Estado Unidos buscará acciones efectivas contra el gobierno cubano por su responsabilidad en el tráfico de personas de sus misiones médicas enviadas a terceros países, anunció este martes el Departamento de Estado.
“Tenemos que encontrar más formas de ejercer presión efectiva sobre los gobiernos que participan o permiten la trata de personas: China, Cuba, Corea del Norte y Rusia”, apuntó este martes el secretario de Estado, Antony Blinken, en una reunión virtual del Grupo de Trabajo Interinstitucional del Presidente Joe Biden (PITF) para monitorear y enfrentar ese delito.
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En el encuentro, Blinken recordó la reciente Ley Bipartidista de Prevención del Trabajo Forzoso de los Uigures, que reprime los beneficios que China puede obtener del trabajo forzoso patrocinado por el Estado en Xinjiang y otros lugares, y la consideró un ejemplo de cómo Washington puede enfrentar el tráfico de personas alrededor del mundo.
"Se trata de un delito en el que todas las partes de nuestro gobierno tienen que trabajar juntas para abordarlo", afirmó Blinken.
El funcionario estadounidense añadió que Cuba figura entre los gobiernos que participan en la trata de personas, aunque, apuntó, el tráfico humano es, por definición, un problema global.
Blinken puntualizó que "como se trata de un problema global, tenemos que contar con una coalición global para afrontarlo, una coalición que abarque al gobierno, a las empresas, a la sociedad civil y a todas las demás partes de nuestra sociedad".
"Se calcula que hay 25 millones de personas en todo el mundo sometidas a la trata de seres humanos, cada una de las cuales es un ser humano explotado de alguna manera: por trabajo, por servicios, por sexo. Mediante la fuerza, el fraude y la coacción, los traficantes violan el derecho más básico de las personas de todo el mundo a ser libres", apuntó en su intervención el secretario de Estado.
Explicó que "la trata de personas erosiona el Estado de Derecho, la seguridad de nuestras comunidades, la seguridad de nuestras fronteras, la fortaleza de nuestra economía".
También expuso que "el uso del trabajo forzado da una ventaja injusta a las empresas que explotan a los trabajadores, perjudica a las que siguen prácticas laborales justas y engaña a los consumidores sobre los costes reales de producción".
En julio último, Blinken también incluyó a Cuba entre los 11 países donde los gobiernos trafican con personas, durante la presentación de su Informe sobre el Tráfico Humano para el 2021, el cual se centró en la trata auspiciada por estados.
“Por décimo año consecutivo, este informe documenta cómo el gobierno cubano se ha beneficiado monetariamente de misiones médicas extranjeras explotadoras. Envían doctores y otro personal médico al extranjero, no se les informa de los términos de sus contratos, confiscan sus documentos y salarios y amenazan a sus familiares si tratan de irse”, apuntó el secretario de Estado.
Cuba figura en el nivel 3 de incumplimiento en materia de trata de personas, una designación del Departamento de Estado que se ha mantenido por los últimos tres años, debido a las arbitrariedades cometidas en las misiones médicas en el extranjero.
El informe de 2021 argumentó que el gobierno cubano se aprovechó de la pandemia del coronavirus para aumentar el número y el tamaño de sus misiones médicas en otros países.
También relacionó que las autoridades cubanas aún se niega a mejorar la transparencia de esos programas o abordar las violaciones laborales y los delitos de trata que se comenten en ellos, a pesar de las persistentes acusaciones de observadores, exparticipantes y gobiernos extranjeros de que funcionarios cubanos participan en estos abusos.
En febrero de 2021, la organización Archivo Cuba, en colaboración con la Fundación Conmemorativa de las Víctimas del Comunismo, entregó un informe al Departamento de Estado de EE. UU. como parte de la fundamentación necesaria para mantener a Cuba entre las naciones vinculadas al tráfico de personas a nivel internacional.
Según Archivo Cuba, el gobierno cubano trafica con personas alquilando personal sanitario a terceros países, a través de convenios bilaterales opacos, que se ejecutan con la complicidad de gobiernos extranjeros y en condiciones de servidumbre y explotación laboral, con notables ganancias para La Habana.
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