El gobernante Miguel Díaz-Canel Bermúdez cuestionó este miércoles que al régimen cubano se le califica como una tiranía o una dictadura y consideró que Cuba está sometida a campañas que buscan satanizar a su sistema político, presentándolo como arbitrario y despótico, sin apego a la Constitución vigente.
En su discurso de clausura del octavo período ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Popular, Díaz-Canel hizo alardes de democracia al referirse al nuevo Código de las Familias que se someterá a consulta popular entre febrero y abril próximos. Una ley que, según él, sólo es “posible en democracia y que afianza nuestra voluntad de promover, reconocer y proteger los derechos humanos y la diversidad”.
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Asimismo dijo que quienes califican a Cuba como un “Estado fallido (...) intentan ponerle etiquetas a esta revolución, que en "sucesivos actos de creación heroica se ha convertido en un ejemplo”.
“La Cuba del siglo XXI es a la que denigran y bloquean. Es la misma Cuba que progresa en el perfeccionamiento de su ordenamiento jurídico, consumando los mandatos constitucionales”, añadió.
Según el medio oficialista Cubadebate, Díaz-Canel también se refirió a la influencia del sistema cubano en otros países de la región y destacó los procesos electorales de este año en Perú, Nicaragua, Venezuela, Honduras y Chile, donde se impusieron partidos de izquierda.
“Los desafíos son grandes, pero observamos con esperanza, respeto y solidaridad los esfuerzos por recuperar los avances sociales que malogró el neoliberalismo”, afirmó el mandatario.
El representante del régimen dedicó parte de su discurso a minimizar la crisis económica que afecta a la Mayor de las Antillas y achacó las dificultades al embargo de Estados Unidos y la pandemia de COVID-19. No obstante, admitió que Cuba tiene problemas con las empresas estatales y el aseguramiento de bienes y servicios a la población, de manera particular alimentos y medicinas.
Díaz-Canel también se refirió a la inflación y dijo que “es consecuencia del desequilibrio existente entre la producción y la demanda, al cual hemos llegado por los efectos de la pandemia, el recrudecimiento del bloqueo y sus consecuencias para la economía”.
El gobernante enfatizó que el diseño e implementación de la Tarea Ordenamiento “no es la única causa de los altos niveles de inflación”, sino que “hay déficit de ofertas porque no producimos lo suficiente”.
En otro momento de su discurso, reseñado por el Noticiero de la Televisión Cubana, afirmó que para 2022 se proyecta recuperar "el rol del peso cubano como centro del sistema financiero y en la racionalidad de los precios", estos últimos con aumentos continuos, de manera particular en la mayor parte de los productos y servicios, lo cual provoca además una pérdida del valor del dinero para adquirirlos.
De igual manera reconoció la compleja situación energética del país y dijo que ha sido muy complejo mantener un servicio estable, a pesar de la instalación de una central eléctrica flotante en la bahía de La Habana, que debe contribuir a que no ocurran tantos apagones en la capital.
Antes de finalizar, Díaz-Canel Bermúdez habló sobre la inversión extranjera como una prioridad económica para el año próximo. Admitió que persisten problemas internos en este sector que tanto interesa al gobierno de la isla, entendido como una fuente importante para el desarrollo económico y social.
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