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Una cubana madre de dos niños denunció el mal estado en que se encuentra su edificio, y el temor que le provoca a ella y a sus vecinos un posible derrumbe.
Nara Miranda Lorigados, ilustradora y grabadora, reside desde hace seis años en el Vedado, en un inmueble situado en las calles 6 y 1ra, a solo tres cuadras del hotel Cohíba.
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A pesar de su posición geográfica privilegiada, la edificación posee serios problemas estructurales que ponen en peligro la seguridad de sus habitantes, quienes llevan años tratando infructuosamente de que alguna entidad estatal se haga cargo de la situación.
"Tengo miedo. La escalera de mi edificio se está cayendo", expresó Nara en su muro de Facebook, junto a varias fotos que muestran el mal estado de la escalera y los techos de la construcción.
Según explicó la joven en la sección de comentarios del post, ella acudió a la última asamblea de rendición de cuentas, donde el delegado le respondió que ya había hablado con la directora de Vivienda, quien a su vez le dijo que iba a ver ese asunto.
"Le pregunté: '¿Cuándo exactamente va a pasar eso? ¿Qué es lo que van a hacer? ¿Van a asignar materiales, viene una brigada, y cuándo?'. El delegado no sabe. Así me dijo: 'No sé'", relató.
Nara contó que ha hablado con personas que residen en el inmueble desde que se construyó, y al parecer nunca se le ha dado mantenimiento. Una de las vecinas le enseñó las fotos de la escalera a una amiga que es ingeniera civil, y esta le dijo que el edificio está para demolición.
"Está muy mal hace años y nadie ha hecho nada. Yo recuerdo la primera reunión a la que fui hace seis años, cuando recién me había mudado. El mismo delegado diciendo que iba a ocuparse de resolver eso. Y no han hecho nada", recalcó.
La mujer señaló que cuando se mudó ahí la situación no era tan crítica, pero que cada vez empeora más.
"Ya los vecinos hemos intentado que la arreglen, pero no hay respuesta. Y todas las semanas caen escombros. Estoy empezando a asustarme", aseguró.
Ella ha propuesto a sus vecinos pagar una reparación entre todos, pero nunca se han puesto de acuerdo.
"En la situación actual de precios altos y gente sin dinero, ya el costo de esto debe estar por las nubes. Y el asunto empeora, todas las semanas caen escombros, si llueve, peor. Están esperando que haya una desgracia", alertó.
La única opción que le queda a esta madre de familia es mudarse, pero eso también es casi imposible.
"A pesar de que los apartamentos por dentro en general están bien, nadie va a permutar o comprar ahí, porque la escalera ya está en un punto, en que no hay que ser ingeniero para ver que se puede caer", subrayó.
Esta denuncia se da a conocer unos días después de que un derrumbe de una pared lateral de un edificio en La Habana Vieja causara la muerte de un transeúnte que pasaba por allí en el momento del desplome.
El hecho ocurrió en la calle Ángeles, esquina a Monte, en el barrio de Jesús María, a escasos 700 metros de las calles Revillagigedo y Vives, donde en enero de 2020 la caída de un balcón causó la muerte de tres niñas de entre 10 y 11 años que volvían a sus casas de la escuela.
Las malas condiciones en las que se encuentran muchos inmuebles en Cuba provocan con frecuencia derrumbes parciales y totales, en los que no pocas veces se producen muertes o personas con lesiones.
Los desprendimientos de paredes, balcones o edificios completos en La Habana y otras provincias se deben a la falta de una correcta política gubernamental para dar mantenimiento y reparar las construcciones, tanto del sector residencial como estatal, mientras continúan construyéndose grandes hoteles.
En noviembre se derrumbó el balcón de un edificio de viviendas en Moa, Holguín, sin que afortunadamente ninguna persona resultara lesionada.
Según informó Camilo Velazco Petittón, director de la emisora local La Voz del Níquel, el hecho ocurrió a desplomarse la baranda protectora de un apartamento ubicado en el segundo piso del inmueble.
Vecinos en la zona achacaron el incidente a la falta de mantenimiento de ese y otros edificios, construidos hace más de 30 años.
"De Moa solo le importa el níquel y el cobalto. Todos los edificios tienen problemas estructurales. El apartamento que no se filtre o no se haya filtrado alguna ves, ¡es un afortunado!", dijo un cubano residente en Estados Unidos.
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