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El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel defendió el viernes el sistema político de partido único implantado en la Isla, durante su discurso de clausura del III Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) en La Habana.
“Más que Partido somos un Unido, por la coherencia en propósitos y fines”, aseguró el mandatario en su alocución. Díaz-Canel dijo que el unipartidismo no significaba que en el país hubiese una dictadura. “Tener un solo partido no nos convierte en dictadura; sí nos libra de las pugnas y de la corrupción política que tanto daño hacen a naciones pequeñas y pobres, donde el acceso a los cargos está permeado por los compromisos con las élites empresariales”, dijo.
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“La experiencia política acumulada es la de un Partido que nació de la unidad de todas las fuerzas patrióticas y no de la fractura y la pelea por el poder. Tenemos un solo Partido, pero con un programa propositivo y claro de lo que quiere la mayoría de su pueblo, al que se consultan las grandes decisiones políticas, económicas y sociales”, expuso.
Por otro lado, el gobernante criticó el pluripartidismo de otras naciones, haciendo énfasis en el de Estados Unidos. “El General de Ejército Raúl Castro Ruz lo ha ilustrado muy bien al decir que entre los republicanos y los demócratas hay tantas diferencias como entre Fidel y él: apenas en el estilo”, comentó.
Díaz-Canel comenzó sus palabras con una apología del socialismo, expresando que el mismo “es, hasta hoy, la única vía al desarrollo con justicia social. Una apuesta innegable a la inteligencia, la voluntad y la vocación solidaria de hombres y mujeres conscientes de que hacen camino al andar”.
De igual modo, inició su discurso arremetiendo contra el activista, dramaturgo y actor Yunior García Aguilera (aunque sin mencionar su nombre), fundador de la plataforma Archipiélago y promotor de la Marcha Cívica por el Cambio del 15 de noviembre, quien actualmente se encuentra en España, luego de sufrir la hostilidad del régimen de manera sostenida.
“Creyendo que la acumulación de esos factores bastaría para concretar el anhelado estallido social, se puso en marcha un plan desestabilizador que aún no ha cesado. Ese plan debía alcanzar su clímax el 15 de noviembre pasado. En algunas plataformas digitales se habló incluso del último día de la revolución cubana; sin embargo, fue el último día de una obra muy ensayada que nunca llegó a estrenarse”, afirmó.
Además, el gobernante definió a Cuba como una “rara dictadura” que no desaparece ni reprime a sus víctimas y negó la existencia de menores de edad presos tras el histórico estallido social del 11 de julio.
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