El gobierno de Cuba envió a cinco mil médicos al extranjero para colaborar con las autoridades sanitarias de terceros países durante la pandemia de coronavirus, como parte de una política de cooperación gracias a la cual el régimen ingresa millones de dólares en sus arcas.
“En nombre del gobierno y del pueblo tenemos miles de razones para estar orgullosos de ustedes, y estamos convencidos de que continuarán avanzando con pasos firmes”, expresó este martes el primer ministro Manuel Marrero Cruz durante una reunión con directivos y trabajadores de la salud en Cuba.
Según datos ofrecidos por Marrero Cruz, Cuba envió 57 brigadas del contingente médico Henry Reeve con cinco mil colaboradores a diferentes países para combatir la pandemia de coronavirus.
En total, desde que el gobierno cubano implementó la contratación de personal de salud como uno de sus principales sectores de ingresos de divisas, se han enviado más de medio millón de profesionales a 130 países, donde –según la ACN- “se han ganado el reconocimiento y la gratitud de esos pueblos”.
Un artículo publicado en Cubadebate a mediados de septiembre de 2020 admitía que las misiones médicas enviadas al exterior eran una de las principales fuentes de ingresos del gobierno cubano.
Solo en 2018, Cuba ingresó 6,400 millones de dólares por concepto de Servicios de Exportación Sociales y de Salud, más del doble de los ingresos por turismo, según cifras oficiales.
En aquel entonces, el reconocimiento de las misiones médicas como una de las principales fuentes de ingresos de la isla llegaba en medio de crecientes denuncias de doctores cubanos que definían su participación en ellas como una forma de esclavitud moderna, lo cual llevó a la Organización de Naciones Unidas (ONU) a emitir un informe en el que advirtió a las autoridades cubanas de que podrían llegar a considerar estas contrataciones como trabajo forzoso.
En febrero de 2020, las autoridades cubanas reconocían haber enviado más de 28,700 profesionales cubanos de la salud a trabajar en 59 países, además de los 3,772 cooperantes enviados por Cuba a 40 países desde que empezara la crisis del coronavirus. Según Cubadebate, este es el motivo por el que la exportación de servicios médicos se ha convertido "en punta de lanza de la política de Estados Unidos hacia la Isla".
Para este medio oficialista, el Cuban Professional Medical Parole que dio resguardo a más de 6 mil médicos en sus últimos cinco años de existencia, antes de ser derogado en 2017, constituyó una herramienta para desacreditar la “labor humanitaria” de los médicos cubanos contratados.
“Este tema salió a la luz pública porque había miles de deserciones en Venezuela, especialmente hacia Colombia. Habían llegado miles a Estados Unidos amparados por el programa de visas”, precisó la directora ejecutiva de la ONG Archivo Cuba, María Werlau, quien ha realizado una extensa investigación sobre este tema que ha servido para denunciar el modelo de contratación de profesionales de la salud que impone el régimen cubano a terceros países.
Particularmente crítico resultó el foco puesto por la administración Trump en la contratación de los médicos cubanos, señalando no solo al régimen cubano, sino a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), a la que acusó de ganar 75 millones de dólares en comisiones cobradas por los sueldos de los 10,000 médicos cubanos que trabajaron en Brasil en condiciones lamentables en el Programa Mais Médicos.
Además, según el entonces secretario de Estado Mike Pompeo, la OPS habría ingresado 1,300 millones al gobierno cubano a través de cuentas bancarias radicadas en EE.UU.
Sin embargo, no fue hasta mediados de 2021, cuando Cuba atravesaba el peor momento de la pandemia de coronavirus en medio del colapso de su sistema de salud -por falta de recursos y personal-, que las autoridades (a pesar de no reconocer la crítica situación) dieron la orden de regresar a Cuba a muchos de los médicos y sanitarios que se encontraban realizando misiones en el extranjero.
A mediados de agosto, más de una veintena de médicos en Holguín denunciaron el colapso sanitario en esa provincia oriental y en todo el país a consecuencia del coronavirus y exigieron más recursos para atender pacientes y respeto al trabajo que realizan.
“El colapso sanitario de nuestra nación no es una mentira, no estamos pagados por nadie, es una realidad que estamos viviendo hoy en día en nuestra institución y en muchas partes del país”, manifestó un grupo de galenos cubanos indignados por las declaraciones del primer ministro Marrero Cruz días antes, culpando al personal de la salud y a su falta de profesionalidad por las quejas de la población sobre las deficiencias en la atención de salud en Cuba.
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