La activista Roxana García Lorenzo aseveró que esta Navidad en Cuba será una de las más tristes de los últimos años no solo por la crisis económica que atraviesa el país, sino por el número de presos políticos detenidos en cárceles de la isla.
"Esta Navidad creo que será de las más sufridas y triste. Estamos viviendo una situación bien difícil, gente desesperada, muchas familias paradas con esta situación económica", dijo la hermana del preso político Andy García, detenido por participar en las protestas pacíficas del 11J.
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García Lorenzo mostró especial preocupación por José Miguel Gómez Monteja, que se encuentra plantado y en huelga de hambre con el fin de presionar a las autoridades cubanas y se le conceda libertad.
Los funcionarios del recinto penal dijeron a la familia del joven cubano que no se hacían responsables de lo que le sucediera, según testificó la activista al programa Las mañanas de CiberCuba.
"Realmente es algo muy difícil", agregó.
La joven cubana, residente en Santa Clara, es una de las promotoras del proyecto "Ayuda a los valientes del 11J", una iniciativa familiar en la que participan su pareja y suegro, y a través del cual reciben dinero para donar comida a los presos políticos de Cuba.
Explicó que las personas interesadas en ayudar pueden contactarla a través del teléfono +5358908532, donde se explicarán todas las opciones que hay para el envío de dinero.
Hasta el momento el monto total del efectivo recaudado es de unos cien mil pesos cubanos, según conoció este medio en diálogo con los promotores del proyecto.
"Algunos familiares gastan hasta 500 pesos solo en transporte. Hay presos del 11J que eran el sustento de sus hogares. Hemos conocido de familias que el día anterior de la vista desconocen qué van a llevar", dijo García Lorenzo.
Con el dinero donado se compran alimentos que luego se reparten de manera voluntaria en las cárceles donde tienen localizado a presos políticos, pero los promotores de la idea lamentan que muchas veces sean los familiares de los reos quienes pongan trabas y se nieguen a recibir dinero, fundamentalmente por temor a ser acosados por la Seguridad del Estado.
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