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El trovador oficialista cubano Raúl Torres se sumó este jueves a los defensores de su colega Fernando Bécquer, acusado de abuso sexual según varios testimonios recogidos en la revista digital El Estornudo.
"Mañana este Caballero, hombre, trovador y amigo estará de concierto en el Candil de Arte Habana... (ahora víctima de calumnias por defender la revolución", escribió Torres en su cuenta de Facebook junto a un anuncio del concierto de Bécquer este jueves.
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"Tranquilo ya hay leyes que te defienden", añadió.
Torres se suma así a la reacción del también trovador Ray Fernández, que declaró en redes sociales su solidaridad con el músico acusado de ser un depredador sexual y se burló abiertamente de las acusaciones.
Tanto Bécquer como Torres y Fernández son músicos conocidos por su apoyo al gobierno cubano y suelen participar en actos oficiales.
Unas horas después, Torres publicó otro mensaje en Facebook, calificando a Bécquer de "caballero, solícito, cortez (sic)".
"Conozco incluso mujeres que han estado en su casa y niegan ese comportamiento descrito en las redes... Entonces ¿por qué desde El Estornudo? Si yo hubiera tenido el menor indicio de tales abusos, habría sido el primero en llamarlo a contar e incluso denunciarlo y créanme que conocía a muchas de las chicas que le seguían e iban a todos sus conciertos entonces", aseguró el trovador.
"Por lo tanto aunque no he leído todos los argumentos, para mí siguen siendo falacias y patrañas manipuladoras de gente que les da rabia que un negro de pronuncie a favor de la revolución", añadió.
Las historias de las cinco mujeres entrevistadas en El Estornudo coinciden en el mismo modus operandi del presunto agresor sexual, y revelan que su comportamiento era conocido y admitido por el círculo de músicos que lo acompañaba, entre los cuales se incluyen los cantautores Adrián Berazaín y Mauricio Figueiral.
Según los testimonios recogidos, Bécquer seguía un patrón que se repite en casi todos los relatos: elegía a muchachas de entre 18 y 23 años que frecuentaran sus mismos círculos sociales o le conocieran, aprovechaba que estuvieran en una situación de vulnerabilidad emocional o psicológica (como una ruptura amorosa o un problema familiar), y se ofrecía a ayudarles con una "consulta" o "limpieza" de índole religiosa en su propia casa. La "sesión" curativa terminaba siempre en escarceos sexuales que las presuntas víctimas han calificado de no consentidos.
El periodista independiente Mario Luis Reyes, autor del reportaje que reveló los cinco casos, advirtió que en las últimas horas ha sido contactado por otras presuntas víctimas, incluso una que era menor de edad en el momento de la agresión.
"Estos asuntos no se van a resolver con debates en las redes (aunque ayuden a difundir el mensaje), sino con investigaciones serias, con el papel fundamental del activismo feminista en la concientización de la sociedad, así como con marcos legales adecuados que castiguen este tipo de comportamientos", sostuvo Reyes.
En Cuba, el movimiento feminista independiente aboga desde hace varios años por la creación e implementación de una Ley Integral contra la Violencia de Género en Cuba, sin que hasta el momento el Estado cubano haya prestado atención a ese reclamo.
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