El Gobierno cubano anunció este miércoles que la conexión al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) de la primera bioeléctrica del país, aledaña al ingenio azucarero Ciro Redondo, en Ciego de Ávila, está prevista para el 20 de diciembre.
Las autoridades prevén que una vez que funcione de forma estable, la central permitirá el ahorro en Cuba de 100,000 toneladas de petróleo al año, además de dejar de emitir 300 toneladas de CO2 a la atmósfera, según precisó la prensa oficialista.
La planta, cuya construcción comenzó en abril de 2017, está diseñada para quemar bagazo de caña, marabú y otras biomasas.
La primera central bioeléctrica cubana aportó sus primeros 300 megawatts al sistema electroenergético nacional en enero del 2020, durante una fase de prueba.
Según reportó entonces la prensa cubana, la instalación generó sus primeras 24 horas empleando la biomasa del marabú, una planta invasora que abunda en los campos de la Isla.
El funcionamiento de la central bioeléctrica está a cargo de especialistas de la empresa mixta BioPower S.A. y de la compañía china que aportó la tecnología.
El proyecto, lanzado entre Cuba, China y Reino Unido, es el único de su tipo en la región para la producción de energía renovable y se suma a los desesperados intentos del gobierno cubano para buscar vías alternativas para abastecer al Sistema Eléctrico Nacional.
A finales del pasado mes de noviembre, llegó a la Bahía de La Habana una central eléctrica flotante que aportará 130 MW de forma estable al Sistema Electroenergético Nacional cubano (SEN).
El traslado de la patana desde el puerto de Mariel, en la provincia de Artemisa, duró seis horas y estuvo a cargo de los remolcadores de la empresa Generación Caribe. La embarcación, junto a otras tres que fueron ubicadas en las proximidades de la central térmica Máximo Gómez Báez en el Mariel, fueron contratadas a una empresa turca especializada en esa modalidad de generación eléctrica.
Según reportes oficialista, la unidad que llegó a la bahía habanera permitirá realizar mantenimientos programados a las desvencijadas termoeléctricas del país.
El Gobierno cubano, presionado por el descontento popular que causan los apagones, intenta reforzar a toda costa la capacidad de generación eléctrica del país con proyectos como los citados para solventar la crisis energética.
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