La cubana Carmen Raquel Panizo Villares denunció el calvario que vive desde hace más de un mes para obtener el certificado de defunción de su esposo, quien falleció en el Instituto Pedro Kourí (IPK) en septiembre último en La Habana por coronavirus.
Desde la muerte de su esposo Alberto Rojas Ortega está inmersa en un laberíntico proceso de trámites morosos que ya no sabe qué más hacer para obtener el citado certificado oficial, según expuso Panizo Villares en una misiva enviada al diario oficialista Juventud Rebelde.
Tras la muerte de Rojas Ortega en el IPK, allí le entregaron una tarjeta en los servicios necrológicos con los datos requeridos para elaborar dicho certificado.
Luego en la funeraria Moderna, en Luyanó, recogió los restos cremados de su esposo en Santiago de las Vegas, y le indicaron que en el Registro Civil de Boyeros podía solicitar el certificado de defunción.
De acuerdo con la carta de Panizo Villares, el 18 de octubre solicitó el certificado en la citada oficina del municipio de Boyeros, y le “dijeron que fuera a recogerlo el 27 de octubre”, pero “fui y no estaba”.
“Me dieron fecha para el 8 de noviembre y tampoco aparecía. La próxima fecha fue el 16 de noviembre, y nada”, relató, además.
Igual dijo que “en ese intervalo fui a la funeraria y me dijeron que lo habían cremado en Berroa, que fuera al Registro Civil de Guanabacoa”, pero allí le dijeron que tampoco estaba, “que tenía que ser en Boyeros”.
Panizo Villares en este punto en el que se encuentra, dijo, que “ya no sé qué voy a hacer”.
Ella necesita el certificado de defunción de su esposo para poder iniciar otro trámite con el que va a reunificar la jubilación de ella con la de él, pero sin ese documento no puede hacer éste ni ninguna otra diligencia para ordenar legalmente su vida en la viudez.
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