Vídeos relacionados:
Omar Ortega Mendoza, detenido el pasado 5 de julio tras denunciar el colapso sanitario en el hospital del municipio avileño de Morón donde trabajaba como camillero auxiliar, ha sido procesado en juicio sumario y condenado a 10 meses de privación de libertad.
Informaciones de la periodista independiente Dairis González Ravelo a Radio Martí aseguran que la criminalización de la denuncia del camillero es la razón de la sentencia judicial, aunque la causa legal haya sido incitación a delinquir.
Lo más leído hoy:
“Omar Ortega está preso desde los primeros días del mes de julio, por el tema de la denuncia que hizo sobre la situación del hospital”, dijo González Ravelo y agregó que “hace dos semanas lo llevaron el Tribunal Municipal de Morón, le realizaron un juicio sumario donde fue condenado a 10 meses de cárcel por incitación, y luego lo regresaron al penal”.
Retenido inicialmente en el Departamento Técnico de Investigaciones de la Seguridad del Estado, en la ciudad de Ciego de Ávila, y posteriormente trasladado a la prisión de Canaleta, el joven “pasó meses sin juicio, y sin que le presentaran los cargos”, precisó la periodista.
El hostigamiento al trabajador de la salud comenzó el 2 de marzo, cuando su casa fue allanada por la policía por un cartel de Patria y Vida que había colgado el camillero en su propiedad.
Al día siguiente fue detenido en medio de su jornada laboral en el Hospital General Roberto Rodríguez de Morón. El momento de la llegada del carro patrullero quedó grabado por el joven quien publicó el video en sus redes sociales.
Una vez liberado, recibió amenazas y presiones de la seguridad del Estado para que el joven de 32 años abandonara el país; insistencia a la que respondió rompiendo frente a la cámara su pasaporte.
El 27 del propio mes usó una vez más sus redes sociales para denunciar que el director del hospital donde trabajaba lo había despedido de su empleo por sus publicaciones en línea donde a menudo exponía arbitrariedades y la represión del régimen contra sus críticos.
A finales de junio, otra transmisión en vivo del activista durante el momento álgido de la pandemia en Ciego de Ávila destapó la “situación caótica” en la que se hallaban los pacientes, en especial en cuerpo de guardia de Respiratorio donde prestaba servicios.
La intención de la directa, de acuerdo al propio Ortega Mendoza, era llegar a las autoridades de Salud Pública Provincial lo antes posible, para mejorar la situación de los pacientes que esperaban ser atendidos, desde hacía días, en bancos, sillas y en colchones sobre el suelo del centro hospitalario.
Según un artículo del medio local Invasor publicado en septiembre, en el mes de agosto comenzaron las labores de reparación y reorganización del hospital moronero. Entre ellas, la reparación de la Sala de Especialidades Quirúrgicas, la ampliación de capacidades de ingreso, el arreglo de puertas y ventanas, así como la “recuperación de mobiliario clínico, incluidas mesas para pacientes, escabeles, porta sueros, camas, camillas y sillas de ruedas”.
La noticia trascendió luego de que día 10 de agosto un reportaje del propio medio estatal confirmara la denuncia de Ortega y mencionaba casos de corrupción por robo de antibióticos y testimonios de pacientes imposibilitados de acceder a medicamentos en el hospital.
De acuerdo al reporte de Radio Martí, ese mes se realizó una auditoría liderada por médicos militares que sacó a la luz irregularidades en el hospital Roberto Rodríguez en Morón, y dio lugar a la cesación de funcionarios por corrupción, como el director del centro de salud que había despedido al camillero, Dr. Juan Carlos Villares.
Mientras tanto, González Ravelo asegura que Ortega Mendoza “la está pasando muy mal” en prisión, “no ha tenido acceso a llamadas telefónicas para hablar con sus familiares, aún no ha tenido visitas [familiares]” y detalló que se le niega salir a tomar sol y que la alimentación que recibe es de pésima calidad. También agregó que el prisionero está siendo “hostigado allí por un oficial de apellido Gamboa, que lo está cuestionando cada cinco minutos”.
Archivado en: