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La empresa canadiense Sherritt International Corp. quiere aumentar su producción de níquel y cobalto en Cuba para aprovechar la mayor demanda de vehículos vehículos eléctricos, anunciaron sus directivos esta semana.
En su primer movimiento importante bajo la dirección del nuevo presidente ejecutivo Leon Binedell, la compañía con sede en Toronto quiere aumentar la producción en su empresa de Moa entre un 15% y un 20%, con respecto al año pasado, cuando produjeron 34,876 toneladas métricas.
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El nuevo plan productivo, presentado este miércoles, implica extender la vida útil de la mina cubana más allá del 2040 y está diseñado para aprovechar la fuerte demanda de metales utilizados en baterías recargables a medida que el mundo se aleja de los combustibles fósiles.
También está destinado a marcar un punto de inflexión para Sherritt, que reestructuró su deuda el año pasado después de salir de un costoso proyecto en Madagascar. Los próximos pagos de la empresa vencen en cinco años, momento en el que Binedell espera haber completado la expansión.
"La intención es aprovechar al máximo la producción y la expansión antes del vencimiento de nuestra deuda", aseguró el directivo.
Las acciones de Sherritt cayeron el viernes pasado un 3,3% hasta los 44 centavos de dólar canadienses, en su cuarto día consecutivo de bajadas. Las acciones han ganado un 7% este año, por detrás del aumento del 23% del índice compuesto de referencia S & P/TSX de Canadá.
"Si bien las perspectivas de demanda de los metales siguen al alza, existen desafíos en el procesamiento de los minerales complejos que se encuentran en la nación isleña, donde las empresas también tienen que sortear el embargo comercial de Estados Unidos y trabajar con un gobierno hambriento de divisas", dijo la agencia Bloomberg.
El predecesor de Binedell, que entregó las riendas en junio, esperaba que la elección de Joe Biden aliviaría la tensión política entre Estados Unidos y Cuba. Pero los vínculos siguen siendo tensos, particularmente después de que el gobierno de La Habana reprimió aún más la disidencia en respuesta a las masivas protestas antigubernamentales que tuvieron lugar en junio.
La economía de Cuba también se ha contraído por el efecto de la pandemia de COVID-19, que cerró su vital industria turística.
"Los impactos de Covid junto con las sanciones de Estados Unidos han creado mucha presión sobre el gobierno", dijo Binedell a Bloomberg, y agregó que Sherritt y el liderazgo cubano han encontrado "una gran coincidencia" en el plan de expansión de Moa.
Sherritt espera brindar una actualización sobre el proyecto el próximo trimestre mientras la minera trabaja con sus socios cubanos para finalizar los cronogramas, estimaciones de capital y alternativas de financiamiento.
El ejecutivo nacido en Sudáfrica, que asumió el puesto más alto en Sherritt después de desempeñarse como director financiero en Guyana Goldfields Inc., pudo ver de primera mano la operación de Moa durante una visita a la isla el mes pasado.
También se reunió con altos funcionarios cubanos, incluido el presidente Miguel Díaz-Canel, quien, según Binedell, le ofreció una garantía personal de que el gobierno con serios problemas de liquidez seguiría pagando sus facturas.
En el 2019 el director anterior, David Pathé, también se había reunido con Díaz-Canel para confirmar la "buena marcha" de las inversiones conjuntas.
“A medida que vuelvan a abrir para el turismo en menos de dos semanas, comenzarán a tener un mayor acceso a las reservas de divisas”, dijo el director general. "La paciencia es una virtud y será necesaria para lidiar con esto, pero no preveo un problema para recuperar la inversión a largo plazo".
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