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El 10 de diciembre de 1988 un atractivo pitcher zurdo color canela, representando a Metropolitanos, propinaba juego de 0 hit 0 carrera a Citricultores durante la XXVII Serie Nacional de Béisbol, en el mejor de los escenarios posibles, el Coloso del Cerro; el marcador 6 carreras por 0 ¿Recuerdan?
Pues hoy conversa con CiberCuba el autor de aquella hazaña, el capitalino Osvaldo Fernández.
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Un placer ser entrevistado por ti de nuevo. Y sí, claro que recuerdo aquel juego ¡cómo para olvidarlo! Mi mamá había fallecido una semana antes, te imaginarás mi estado de ánimo, pero salí a lanzar y vi que transcurría el partido y no me bateaban. Así me convertí en el lanzador número 31 en Cuba en propinar juego de 0 hit 0 carrera y no fue perfecto porque a Enriquito Díaz se le cayó un rolling.
El rostro de Osvaldo, a pesar de los años transcurridos, mantiene su su bello color, sus ojos brillantes. Es un hombre feliz.
¡Y cómo no voy a serlo! Llevo 29 años viviendo en un país con la democracia más grande del mundo y puedo opinar. En Cuba no es así amén de que se han quedado detrás en muchas cosas; por ejemplo, el béisbol que tanto ha evolucionado en el mundo y allí todo permanece estático.
Yo creo que naces con un don; en este caso, ser pelotero y es jugar béisbol lo que debe ocupar tu vida, no preocuparte por las cosas que faltan, las carencias que sufre tu familia.
Tienes el derecho de vivir como persona y claro que el dinero hace falta porque es lo que mueve el mundo y uno lo necesita. Esos muchachos están cansados de lo mismo, de perder su juventud, como la perdí yo y muchos como yo.
Eso fue lo que pasó en Sonora hace unos días en el Mundial sub 23 y, si quieres mi opinión, lo que va a seguir ocurriendo. No se puede contra eso, máxime que esta generación no es la de antaño. Para nada. Esta generación quiere vivir de su trabajo, ven la pelota como lo que es, una profesión con la que ganarse la vida.
Llegué ya maltratado, hubiera podido hacer mucho más de lo que hice fuera de Cuba. Mira, te voy a decir algo: nunca quise irme, pero me dolió tanto esa falta de respeto de dejarme fuera del róster del equipo olímpico a Barcelona 92 siendo yo, si no el mejor pitcher zurdo, uno de los mejores, que no pude tolerarlo y tomé la decisión de irme.
A la postre tengo que agradecerles esa injusta decisión ¿qué hubiera sido de mí si hubiera ido a la Olimpiada? ¡Cómo estuviera allí, muerto en vida y mi familia acabada!
Yo todos los días le doy gracias a Dios y a la persona que no me tuvo en cuenta para integrar ese staff de pitcheo. Ojalá que supiera quién fue, aunque sí sé que está aquí (en Miami) que le iba a comprar un carro… pero uno de verdad, no los que daban allá por ganar en los Juegos Olímpicos.
Es por esto que pienso que van a seguir quedándose esos muchachos. Échale un vistazo a los que juegan actualmente en la MLB, mira ese Gurriel que ya llegó mayor por brindarle la vida al equipo CUBA, mira ese Yordan Álvarez, quien sí voló rápido ¿dónde están?, discutiendo un anillo en la Serie Mundial. Es el punto.
Después de tan cruda realidad retrotraigo en mi mente aquellas jornadas en las que el zurdo de la capital lanzaba esas curvas pronunciadas en las esquinas que parecían no llegar nunca, siempre en la zona baja, exhibiendo control. Sin esa gran velocidad, Osvaldo dominaba con sus incómodos envíos, entre ellos una exquisita screwball, su inteligencia y conocimiento de los bateadores rivales.
¿Industriales o Metros? Fuiste uno de los pocos jugadores de la capital que debutó con los azules; sin embargo, tú clamabas por el cambio al elenco escarlata ¿por qué?
Julita ¿no te acuerdas de la clase de pitcheo que tenían los Industriales? Era el team Cuba: el Duque Hernández, René Arocha, Lázaro Valle, Euclides Rojas, Lázaro de la Torre y… ¡esa segunda línea con Iván Álvarez, un Ángel Leocadio Díaz que reverdecía laureles, Pablo Miguel Abreu, Rafael Gómez Mena, Francisco Despaigne, Leonardo Tamayo! Yo quería lanzar ¿y cómo lo iba a hacer?
Osvaldo Fernández en 11 Series Nacionales presenta balance de 70 victorias y 42 reveses para excelente un 625. Su promedio de carreras limpias es de 3,12 y su whip, 1.27. El zurdo del reparto Poey en Arroyo Naranjo, acumuló 778 ponches en su carrera con un balance de 7,42 por cada 9 entradas de actuación. En total propinó 9 lechadas.
El final de la década de los 80 y comienzo de los 90 le fue totalmente positivo: en 1990, lanzando por Metropolitanos, fue líder en juegos iniciados con 14; juegos completos, 12; triunfos, 12; entradas lanzadas 119.2 y ponches, 118.
Fue una época muy bonita; yo creía estar en las nubes. Fui eje en los triunfos de Industriales en 1991 y del Ciudad de La Habana de Servio Borges en 1990 en la Serie Selectiva.
¿Qué bateador se te hacía más difícil?
¡Uff! Lourdes Gurriel y, claro, le sacaba outs a Pacheco, Kindelán, Omar pero ellos también me daban soberanas líneas.
Tus inicios ¿siempre pelota?
Bueno, mi mamá Hilda y mi papá Román me dejaban jugar en las calles, al taco en las cuatro esquinas, pero a los once años empecé en el CVD Ciro Frías en varios deportes hasta que terminé en la pelota.
Mi primer profesor fue Ernesto “Chico” Morilla. Después, al subir de categoría, me entrenó Iván Aguiar. Así intervine en juegos provinciales escolares (antes poseían una gran calidad) y a los 16 años integré aquel gran seleccionado juvenil de 1982, que para muchos ha sido el mejor de todos los tiempos.
Mucha razón tiene mi entrevistado. Sin dudas en ese equipo se reunieron figuras que luego serían estrellas de la pelota cubana.
Oye, Orestes Kindelán, Omar Linares, Antonio Pacheco, Lázaro Vargas, Armando Ferreiro, Faustino Corrales, Osvaldo Duvergel, René Arocha, Pablo Miguel Abreu, entre otros, dirigidos por José Miguel Pineda ¿yo en ese equipo? ¡Un sueño! Y de contra, integré el all star como el mejor lanzador zurdo del Mundial. Claro, después del sueño vendría la pesadilla.
¿?
Sí, porque en 1983 debuté con los Industriales que, como ya te dije, estaba plagado de primeras figuras del pitcheo cubano y un joven como yo no cabía. Fueron cinco años de frustración y perdidos de mi carrera.
En varias ocasiones solicité que me cambiaran para los Metros y no lo hacían. Era un capricho. No fue hasta mi quinta Serie Nacional que accedieron y ahí pude empezar a pitchear y a ganar.
Si algo bueno saqué de Industriales fue que el entrenador Waldo Velo me enseñó a tirar el screwball que contribuyó mucho en mi repertorio. Estuve dos años con esa guerrilla que eran los Metros y al término de ese tiempo regresé a Industriales, pero ya como un serpentinero consolidado y estelar. No era lo mismo, era parte del firmamento de los leones.
Recuerdo una anécdota de aquel Ciudad de La Habana de Servio en el 90 y tu tubey.
Jajajaja. Claro que no puedes olvidarlo porque, siendo yo el mejor pitcher zurdo de aquella temporada, tú en tu sección Out en Home del Noticiero Nacional Deportivo sólo ponías el dichoso batazo.
Yo tuve que salir a batear. Miraba a Servio, que recordarás siempre le salían bien esas cosas en eso de dejar batear a los lanzadores. Había entrado de relevo ante Agropecuarios y él hizo unos cambios y quedé como cuarto bate.
¿Te imaginas? Él me preguntó "¿tú sabes batear?" Le dije que sí. "Pues coge un bate". Cuando salí al cajón de bateo se cayó el estadio. Era muy extraño ver a un lanzador batear. El árbitro de home era Iván Davis, quien me dice: "Te voy a dar un ponchao grande" y le respondo "si te doy tiempo" y entonces veo que el catcher Pedro Luis Rodríguez pide recta, hice el swing y salió la línea.
Jajaja. Me iba riendo y tan contento que no pisé primera y nadie se dio cuenta. Nada más que el ampaya Belén. Es un bonito recuerdo pero lo mejor fue que después, al pasar por el cuarto de los árbitros, Belén me grita: "oye mulatico, no pisaste primera".
Fue una gran tarde, nos reímos. Era un buen béisbol aquel, se llenaban los estadios, la gente nos seguía, había rivalidad. Ese año gané 19 y 5 y tú ponías el tubey en la televisión. Siempre me acuerdo de eso jajaja.
Fui campeón en todo; lo único que me faltó fue serlo en Barcelona, me lo quitaron. Como te dije, ahí tomé la decisión de jugar como profesional. Me quedé en Curazao en 1993; lancé un juego y partí junto a Luis Álvarez y llegué a Estados Unidos donde firmé con los Marineros de Seatle y los Mets de Nueva York. Estuve en México con los Sultanes de Monterrey y en Satillos. Jugué en Puerto Rico y después, en Taipei de China.
Internacionalmente, jugando por Cuba, el zurdo Fernández, además del Mundial Juvenil en Venezuela, compitió en el Certamen del Orbe de Edmonton 90, donde ganó 2, lanzó 15 entradas con 12 ponches, solo 4 hits permitidos y una efectividad de 0.95.
En los Panamericanos Habana 91 reportó un triunfo, trabajó 11 capítulos con 12 ponches. En topes bilaterales Cuba- EU, en el período entre 1987 y 1993, lanzó 18,2 entradas con récord de 2-1. Propinó 20 ponches.
¿Qué haces actualmente, sigues vinculado con el béisbol?
Te dije al inicio de nuestro diálogo que vivo muy feliz en un país que me ha abierto los brazos. No, no tengo que ver con la pelota aunque sí me puedes ver jugar sóftbol cada domingo en el terreno Rubén Darío en los juegos de veteranos y de cubanos que no olvidan su deporte.
Trabajo en una compañía americana de paquetería que me permite vivir plenamente, hago deliver con Fedex Groud. No soy millonario, pero tengo todo lo que un ser humano puede soñar. Aquí cumples con la ley, trabajas y, sencillamente, vives. No necesito ser campeón olímpico ¿entiendes? Vivo con dignidad junto a mis hijas Anisley y Gretel y mis nietos Antony y Angelo.
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