El público reunido este sábado en la sala de conciertos del Town Hall, en Nueva York, para escuchar el concierto del trovador cubano Pablo Milanés, colocó un cartel de apoyo a la libertad de Cuba a los pies del escenario y gritó Patria y Vida en repetidas ocasiones durante el espectáculo.
Fragmentos del final del concierto compartido por el periodista José Raúl Gallego en sus redes sociales, dieron testimonio del compromiso mayoritario del público con la libertad de Cuba, expresados con gritos de Viva Cuba Libre, y Patria y Vida.
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Un cartel en el que se leía esta “consigna” de la sociedad civil cubana fue colocado a los pies del escenario, justo debajo del sitio que ocupaba el trovador, quien no demostró enojo o incomodidad con el mensaje de la pancarta.
Tras el último tema y mientras Pablo se retiraba del escenario, fueron muchos los cubanos que puestos de pie gritaron Patria y Vida, y agitaron el cartel que habían colocado. En los fragmentos compartidos por el periodista independiente no se aprecia que haya habido reacciones de partidarios del régimen dentro del concierto.
El concierto en Nueva York de este sábado se inscribe en una gira del trovador por cinco ciudades de Estados Unidos, un país en el que ofreció sus últimas actuaciones en 2011 y en el que se ha presentado por lo menos dos veces en sus escenarios.
Los conciertos programados en Estados Unidos forman parte de la gira comenzada por Pablo en varias ciudades españolas bajo el título “Díaz de Luz”. El de esta noche de domingo en Washington será el último de los cinco conciertos que conformaban el cartel estadounidense del artista.
Comenzada en San Francisco el 16 de octubre, la gira incluyó actuaciones en Los Ángeles (día 17 de octubre); Pembroke Pines (condado de Broward, el 21); Nueva York (el día 23) y culminará este 24 de octubre en Washington.
Pablo Milanés, de 78 años, ha vuelto a los escenarios estadounidenses tras una década de ausencia. Recordada y polémica fue su presentación en 2011 en el American Airlines Arena (AAA) de Miami como parte de la gira "Proposiciones: único, histórico, icónico".
Este concierto generó notable polémica entre los exiliados cubanos, manifestándose unos contra su arte por considerarlo parte de la producción simbólica del castrismo y pronunciándose otros a favor de permitirle cantar. Algo parecido a lo que sucedió con el reciente concierto de Silvio Rodríguez en Madrid.
Sin embargo, la distancia de ideas de ambos artistas en torno a la llamada “revolución” ha sido manifiesta desde hace años, aunque sin llegar a instalarse en una polémica pública o discrepancia radical.
Tras las históricas protestas del 11J, el trovador manifestó su respaldo a las manifestaciones que tomaron las calles de Cuba para expresar libremente el descontento contra el gobierno. Además, calificó de irresponsable y absurda la represión desatada por el régimen contra la población.
“Es irresponsable y absurdo culpar y reprimir a un pueblo que se ha sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen que al final lo que hace es encarcelarlo”, dijo Milanés en una declaración oficial, en la que también recordó que desde hace mucho tiempo él ha denunciado “las injusticias y errores en la política y gobierno" de Cuba.
“En el año 1992 tuve la convicción de que definitivamente el sistema cubano había fracasado y lo denuncié. Ahora reitero mis pronunciamientos y confío en el pueblo cubano para buscar el mejor sistema posible de convivencia y prosperidad, con libertades plenas, sin represión y sin hambre”, afirmó el músico residente en España, en un pronunciamiento en el que manifestó su confianza en los jóvenes para lograr un futuro mejor para Cuba.
El 31 de diciembre de 2020 Milanés estrenó “Esperando el milagro”, una canción que él mismo definió como “epílogo musical de todo lo padecido y sentido en este tiempo”, en referencia al coronavirus.
La estructura musical del tema tiene evocaciones religiosas y puede ser interpretada como una oración, un ruego o súplica que invita a reflexionar sobre el momento que vive la Humanidad y a meditar sobre un futuro que, a pesar de todo, el músico vislumbra de modo esperanzador.
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