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Enix Berrio Sardá, vicepresidente del Partido Demócrata Cristiano, aseguró que los cubanos participarán en la marcha cívica convocada para el 15 de noviembre por la plataforma Archipiélago, a pesar de la negativa de las autoridades.
En una entrevista con el diario El País, de Uruguay, Berrio, quien además pertenece al Consejo para la Transición Democrática y es tío del activista y artista Luis Manuel Otero Alcántara, arrestado desde el 11J, dijo que el ambiente actual en el país es de suma tensión.
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“La crisis es incontenible, hay militarización en las calles, muchos presos políticos y la ciudadanía, tratando de sobrevivir, no da más y quiere expresarse”, declaró.
El opositor recordó que por primera vez se había pedido a las autoridades “una solicitud en base a lo que establece la Constitución de la República, pero la Constitución también establece que el socialismo es irrevocable”. La solicitud fue desestimada y calificada de inconstitucional basándose en este último aspecto, pues una marcha pacífica no podría cuestionar el sistema socialista.
“Sabemos que a medida que se acerque el 15 de noviembre habrá una mayor presencia militar. Ya hay muchas restricciones. Yo no puedo salir a la calle, estoy vigilado, custodiado. El que salga a la calle va a ser reprimido por la fuerza pública o, como se estila en Cuba, por civiles armados con maderos que se enfrentan a los llamados 'gusanos', a los supuestos 'apátridas'”, advirtió.
“Igual pienso que el 15 de noviembre el Consejo para la Transición Democrática va a salir a las calles, también Archipiélago, hay otros actores. Seguro que desde el día 10 van a empezar a detenernos, a poner los patrulleros en la puerta, se activará una feroz campaña en los medios llamándonos 'mercenarios', que estamos 'pagados'. Nunca va a aparecer por qué estamos reclamando. Muy probablemente tendremos que pagar condena por 'desacato' o 'desorden público' por dos, tres o cuatro años. Pero Cuba cambió y reclamamos espacios de democracia”, sostuvo.
Berrio indicó que estaba vigilado por la policía política y, desde el 12 de julio, permanecía con una movilidad restringida, que le impedía salir de su casa. “Inclusive para ir a un hospital debo pedir permiso, pero hay personas que llevan mucho más tiempo así. Estar vigilado también implica escucha de la telefonía, el bloqueo de la señal de internet, la presencia policial en mi barriada”, dijo.
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