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El exilio no es libertad: Hamlet Lavastida, Katherine Bisquet y los presos de la Primavera Negra

Los jóvenes artistas llegaron a Polonia hace cuestión de unas horas y deberán enfrentar la vida de exiliados como lo hicieron hace una década los presos de la Primavera Negra.


Este artículo es de hace 2 años

A Hamlet Lavastida y a Katherine Bisquet les han puesto a elegir entre la libertad y el exilio. Los artistas, quienes mantienen una relacion sentimental, se habían convertido en un peligro para quienes consideran el derecho a disentir como una amenaza al poder totalitario que mal gobierna Cuba.

El postmodernismo, la simbología y la intertextualidad en la creación artística contemporánea cubana asusta a los amantes del panfleto oficial donde no hay cabida siquiera para la improvisación. Ni el mismísimo presidente de la república puede apartarse un milímetro del rígido discurso -previamente redactado por alguna mente lúgubre ajena a las tribulaciones de un pueblo que encarna la diversidad en su propio ADN-.

Los jóvenes artistas llegaron a Polonia hace cuestión de unas horas y deberán enfrentar la vida de exiliados como lo hicieron hace una década los presos de la Primavera Negra.

Sí, porque esta no es la primera vez que el gobierno supuestamente "revolucionario" involuciona hacia los tiempos de la colonia, cuando el exilio era práctica común de la metrópolis para castigar a voces disidentes.

En 2011, por mediación de la iglesia católica, 40 prisioneros políticos volaron a España acompañados por sus familiares. Doscientos cubanos se vieron forzados a abandonar su tierra a cambio de la liberación de hombres de paz, miembros de la oposición, que luchaban por la democracia en Cuba y sobre los que pesaban condenas de seis y hasta 28 años.

Ni Hamlet ni Katherine formaban parte de la oposición; su único móvil es el arte, pero no hay arte sin libertad de expresión y de creación. Por la misma razón se encuentran tras las rejas Luis Manuel Otero Alcántara, Maykel Osorbo y cientos de cubanos que en ejercicio de sus derechos constitucionales demandaron el cese de la represión y un cambio en Cuba.

El destierro de Lavastida y Bisquet nos deja varias lecciones. La peor de todas es que la situación en Cuba es más critica de lo que cualquiera de nosotros pueda imaginar y el poder no escatima recursos para silenciar a los cubanos. También nos muestra la debilidad del régimen de La Habana y su torpeza, al tomar medidas coercitivas que, no hay dudas, acarrean un alto costo político del que, probablemente, muy pronto tengamos noticias.

Y es cierto, mejor estar desterrado que preso, pero el exilio no es libertad.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Annarella Grimal

Annarella O'Mahony (o Grimal). Aprendiz de ciudadana, con un título de Máster otorgado por la Universidad de Limerick (Irlanda). Ya tuvo hijos, adoptó una mascota, plantó un árbol, y publicó un libro.


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