El gobierno de Estados Unidos comenzó a retirar a los más de diez mil migrantes, en su mayoría haitianos, seguidos de cubanos y venezolanos, que se han ido reuniendo bajo el puente fronterizo que conecta a Del Río, en Texas, con Ciudad Acuña, en México.
Funcionarios de ambos lados de la frontera han dicho que la mayoría de los migrantes son haitianos, pero un reporte de la BBC añade que también “hay algunos cubanos, venezolanos y nicaragüenses”.
Ramsés Colón, un cubano solicitante de asilo de 41 años, declaró al Washington Post que el campamento de Del Río es un caos. "Te quedas ahí entre miles con tu boleto, esperando tu turno", para ser procesado por las autoridades.
Periodistas de la agencia Reuters vieron este domingo cómo los migrantes eran trasladados en autobuses blancos, escoltados por agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP, por sus siglas en inglés) hasta aeropuerto de Del Río para abordar un avión de la Guardia Costera que se dirigiría a El Paso, Texas.
Tom Cartwright, del grupo de defensa Witness at the Border, que rastrea los vuelos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), confirmó a la citada agencia que habían salido tres vuelos hacia Haití desde Laredo y San Antonio.
También el reporte de BBC aseguró que “podrían haber hasta ocho vuelos por día para sacar a los migrantes debajo del puente en Del Río”.
Este sábado el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de EE.UU. dijo que aceleraría las deportaciones hacia Haití y otros destinos durante las próximas 72 horas, por lo que decidieron enviar más agentes CBP a la zona, para poder abordar el desafío humanitario y político que plantean las miles de personas que se han refugiado bajo el puente fronterizo en condiciones cada vez más precarias.
Según Reuters, el DHS aseguró que se trasladaron a unas 2,000 personas a otras estaciones de procesamiento de inmigración el viernes y que dichas transferencias continuarán "para garantizar que los migrantes irregulares sean tomados en custodia, procesados y sacados rápidamente de Estados Unidos de conformidad con nuestras leyes y políticas".
El alcalde de Del Río, Bruno Lozano, declaró el estado de emergencia. Describió la situación como "sin precedentes" y "surrealista", y dijo que la patrulla fronteriza se había visto abrumada, y que los migrantes viven en condiciones imposibles.
El alcalde Lozano aseguró que más de 10,500 migrantes se encontraban bajo el Puente Internacional de Del Río el jueves por la noche.
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