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Informe de científicos cubanos asegura que el Síndrome de La Habana es un "relato" de los medios

La Academia de Ciencias de Cuba respalda el enfoque oficial adelantado la semana pasada por el ex embajador cubano en EEUU José Ramón Cabañas.

Presentación del Informe en el Centro de Prensa del MINREX © Captura Video Facebook/Canal Caribe
Presentación del Informe en el Centro de Prensa del MINREX Foto © Captura Video Facebook/Canal Caribe

Este artículo es de hace 2 años

Un panel de más de 20 científicos cubanos hizo público este lunes un informe multidisciplinario en el que asegura que no hay pruebas para considerar como producto de un ataque o un atentado al conjunto de síntomas descritos por diplomáticos estadounidenses, y conocido como "Síndrome de La Habana", que ha suscitado tensiones entre Washington y La Habana a partir de 2017.

El panel de la Academia cubana de Ciencias estuvo compuesto por expertos en varias áreas -neurólogos, físicos y especialistas en telecomunicaciones, psiquiatras, psicólogos y otorrinolaringólogos-. Todos, y otros supuestos 20 expertos internacionales consultados, concluyeron que los incidentes -primero relacionados con un presuntos ataque sónico y, según las últimas informaciones, resultado de un posible ataque con microondas- no tienen evidencia científica que los sustente.

El encargado de presentar públicamente las conclusiones de los científicos cubanos fue Mitchell Joseph Valdés-Sosa, director del Centro de Neurociencias de Cuba, quien mencionó, además, algunos elementos sobre su metodología. Detalló que se seleccionaron especialistas de todos los campos, se revisaron cuidadosamente todos los reportes y artículos de revistas científicas de Estados Unidos y Canadá y las investigaciones en Cuba, inclusive las realizadas por la policía, al tiempo en que discutió con expertos de varias nacionalidades.

Los expertos cubanos, sin embargo, no tuvieron en ningún momento acceso directo a los pacientes afectados.

Para elaborar el informe -de 40 páginas y cuyas conclusiones fueron adelantadas la semana pasada en Cubadebate por el ex embajador cubano José Ramón Cabañas- se analizaron, diversas posibles explicaciones atribuidas al incidente incluyendo radiofrecuencias, microondas y el presunto uso de toxinas.

“Después de cuatro años no ha aparecido ninguna prueba de atentados. Es hora de reiniciar la narrativa”, asegura el informe, para el cual el Síndrome de La Habana está basado en explicaciones “endebles” y “una práctica científica defectuosa”.

El informe no alude directamente a su contraparte norteamericana: otro informe de diciembre de 2020 de las Academias Nacionales de Ciencias de EE. UU., en el que expertos recogieron evidencia de científicos y médicos, así como de ocho víctimas.

El panel de científicos norteamericanos examinó las causas psicológicas y de otro tipo, pero concluyó que las microondas dirigidas, de alta energía y pulsadas eran probablemente las responsables de algunos de los casos.

"La hipótesis de las microondas es un sinsentido y no es posible desde el punto de vista físico", aseguró Valdés-Sosa ante representantes de la prensa internacional.

La versión cubana, repetida por el MINREX y los medios oficialistas, es que todo lo relativo al Síndrome es un “relato” sin validación, una “narrativa” que “ha sobrevivido” gracias a la amplificación de los medios de comunicación y los políticos.

"Después de 5 años, ni la policía cubana, ni el FBI, ni la Real Policía Montada han encontrado ni la más mínima evidencia de un ataque", remachó Valdés-Sosa.

En realidad, el caso sigue bajo investigación por las agencias de inteligencia de EE. UU. y Canadá.

En medio de críticas por la mala gestión y atención médicas de los casos, el presidente Joe Biden pidió en agosto a las agencias de inteligencia que elaboren un informe conclusivo para determinar las causas del controvertido Síndrome y nombró a un oficial veterano de la CIA que dirigió la búsqueda de Osama bin Laden para encabezar el grupo de trabajo a cargo de la investigación.

Convenientemente, para la parte cubana, el único elemento que “no es posible descartar” por ahora son “las explicaciones psicogénicas” o sea que algunos individuos creyeron que estaban siendo atacados y se creó “un entorno” alimentado por el sensacionalismo que se concentró en síntomas diversos de trastornos neurológicos mal tratados.

En los últimos meses, varios reportes de prensa sugieren una nueva dirección en las investigaciones sobre el Síndrome que, si bien se detectó por primera vez en La Habana, ha afectado a más de 130 miembros del personal estadounidense en el extranjero durante los últimos cinco años.

En octubre de 2020, una investigación del diario The New York Times reveló nuevos detalles del Síndrome, que apuntaban a una presencia de la inteligencia rusa en La Habana. Tesis similares han sido sostenidas por varios funcionarios y agentes de inteligencia.

La semana pasada, un amplio reportaje de BBC News volvió sobre el controvertido Síndrome y detalló los nuevos datos recopilados por las agencias estadounidenses de inteligencia, entre los que se incluye evidencia clínica incontrovertible de afectaciones cerebrales y orgánicas en varios de los afectados.

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