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El presidente Joe Biden cumplió este martes con el trámite formal de extender por un año más el embargo contra Cuba.
En un memorando enviado al Secretario de Estado, Antony Blinken, y a la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, Biden instruyó prorrogar hasta el 14 de septiembre de 2022 la normativa que sustenta el embargo comercial, económico y financiero contra el régimen cubano, amparándose en la Ley de Comercio con el Enemigo.
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"Por la presente determino que la continuación del ejercicio de esas autoridades con respecto a Cuba durante un año es de interés nacional de Estados Unidos", indicó el memorando, que ordena publicar el documento en el Registro Federal.
La medida tiene efecto para las regulaciones de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro.
Aunque la prórroga firmada por Donald Trump el pasado año se vence en apenas siete días, la prolongación de la normativa es una rutina desde que el embargo fue implementado en su totalidad hace 59 años.
El embargo contra el régimen de Fidel Castro fue impuesto de manera parcial por Washington en octubre de 1960 en respuesta a la nacionalización y la expropiación sin indemnización de las compañías estadounidenses en Cuba, pero fue aplicado en su alcance total a partir de febrero de 1962.
Desde entonces, la normativa se ha extendido como formalidad anual por 12 presidentes estadounidenses.
Las administraciones de Jimmy Carter (1977-1981) y Bill Clinton (1993-2001) favorecieron medidas flexibilizadoras del embargo, pero fue durante la presidencia de Barack Obama y sus paquetes de regulaciones sobre Cuba cuando más se vieron erosionadas las sanciones comerciales, financieras y turísticas contra la isla.
En una decisión inédita, Obama llegó a pedir al Congreso que levantara el embargo y la delegación estadounidense se abstuvo de respaldarlo ante el plenario de Naciones Unidas, en la Asamblea General de octubre de 2016.
En 1996, las disposiciones del embargo fueron codificadas a través de la Ley Helms-Burton, lo que significa que el Congreso no puede levantar las sanciones a Cuba mientras que el país no tenga un gobierno democráticamente electo y se respeten las libertades políticas.
El memorando de Biden se corresponde con la política prometida durante su campaña presidencial de mantener el embargo en su lugar mientras Cuba no produjera cambios democráticos y respetara los derechos humanos, como lo reiteró también la vicepresidenta Kamala Harris.
Pero Biden también prometió que al llegar a la Casa Blanca levantaría las severas sanciones impuestas por Donald Trump en materia de remesas, viajes y reunificación familiar, algo que se mantiene inalterable a punto de cumplirse ocho meses de su mandato presidencial.
La administración Biden ha repetido con insistencia que la política hacia Cuba está bajo una "amplia revisión", pero hasta el momento no se ha anunciado ninguna medida de reevaluación de las sanciones vigentes.
Las multitudinarias protestas ocurridas en Cuba el pasado 11 de julio dieron un vuelco a las decisiones aplazadas sobre la política hacia la isla. La Casa Blanca consideró que "la situación actual en Cuba es una prioridad absoluta para la Administración".
Las únicas movidas visibles por parte de Biden han sido la autorización de 10 vuelos humanitarios semanales a Cuba hasta fines de año, y la petición de un estudio sobre la posibilidad de restaurar los envíos de remesas familiares a la isla, el cual le fue entregado por un grupo gubernamental la pasada semana.
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