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El saltador de longitud Robiel Yankiel Sol le dio a Cuba su primera medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de Tokio al imponerse en su prueba con récord para el evento de 7,46 metros.
El muchacho de 18 abriles (categoría T46) llegó a la final sin pretensiones de oro y a la postre lo conquistó con cuatro saltos válidos sobre los siete metros -una marca que nunca había conseguido en competencias oficiales-, incluyendo el primero que le valió el lugar más alto del podio.
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"Me siento bien física y mentalmente. Solo queda competir y probarme entre los grandes", le había dicho al sitio digital Jit el más joven integrante de la delegación cubana asistente a la cita.
Previo a Tokio, Sol apenas había brincado 6,77 metros.
En la justa nipona, el cubano derrotó entre otros al francés Arnaud Assoumani -recordista universal con 7,58 metros- y al estadounidense Roderick Townsend, a quien le quebró el límite paralímpico de 7,41 y lo dejó en segundo puesto con 7,43.
La presea de bronce correspondió al ruso Nikita Kotukov (7,34).
Ahora Cuba ocupa el lugar 43 de la tabla de posiciones con una presea de cada color, luego de la plata del también saltador de longitud Leinier Savón (categoría T12) y el bronce del discóbolo Leonardo Díaz (F56).
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