El inolvidable torpedero pinareño Giraldo González, uno de los más defensivos que ha pasado por los diamantes cubanos, falleció la víspera a causa del coronavirus, según reportó la emisora Radio Guamá.
“La noche no pudo ser peor en agosto: ciclón, apagón, muchos amigos enfermos de COVID-19 y la noticia de que Giraldo González decidió pasar a otro equipo, me quitaron el sueño”, escribió en ese medio el periodista Ernesto Amaya.
En la memoria quedarán eternamente sus formidables habilidades con el guante, su naturaleza afable y aquel gesto de extrema caballerosidad deportiva con que saludó a Agustín Marquetti cuando este pegó el jonrón que definió la Serie Nacional de 1986.
El Giri, como le decían sus allegados, jugó 15 campeonatos insulares con la franela de su tierra natal, y mucho después de retirarse dirigió a Pinar.
De entonces (año 2013) son estas declaraciones que me dio para el sitio oficial Cubadebate.
¿Qué diferenciaba la pelota cubana que jugaste de la actual?
-En mi época había una entrega y un desinterés superiores. Nosotros jugábamos por la provincia sin pedir nada a cambio. Ahora, con mejores condiciones, los peloteros no dan todo lo que pueden y deben. Yo me acuerdo de la felicidad que yo sentía cada vez que me daban el jersey de dos colores. Eso era la gloria para mí.
¿En qué lugar te consideras entre los grandes torpederos de nuestro béisbol?
-Por esta pelota han pasado muchos buenos torpederos. Algunos que inclusive son poco mencionados, como Verde y Godínez, y fueron estelares. De manera que yo me conformo con que me mencionen entre los diez mejores.
La siguiente selección de jugadas -cortesía del escritor e historiador deportivo Fernando Rodríguez Álvarez- nos lo devuelve en las paradas cortas, donde más le gustaba estar.
¿Qué opinas?
VER COMENTARIOS (1)Archivado en: