Los cubanos dejaron decenas de comentarios en las redes sociales tras el estreno de "Titiriteros", el más reciente capítulo de la popular serie humorística Vivir del Cuento.
Los televidentes destacaron que esta entrega estuvo llena de "pequeños grandes mensajes" de crítica social transmitidos por el canal más visto de la Televisión Nacional "en pleno horario estelar". Agradecieron a Luis Silva y a su equipo por ello.
"Titiriteros" es el segundo capítulo de la actual temporada de Vivir del Cuento. Estuvo dedicado a la censura de la creación artística en Cuba. Era muy esperada su publicación después de que el programa sufriera interrupción en sus transmisiones durante algunas semanas.
El personaje de Isidoro (joven gay y único representante de las nuevas generaciones) interpretado por el actor cubano Marlon Pijuán Hernández, lució un pullover de color negro en el que se podía leer la frase: "No voy a esperar que la cosas cambien. Yo ya cambié".
La frase fue tomada de la película Amor Crónico, dirigida por el destacado actor cubano Jorge Perugorría en 2012. Ese filme contó con la participación de importantes artistas cubanos, algunos de ellos radicados fuera de la isla. El tema central era la primera gira nacional de una artista cubana-americana después de medio siglo. Documenta el periplo de la cantante Cucu Diamantes en Cuba.
El breve texto mostró una intencionalidad de abrir el debate sobre lo que ocurre en Cuba en el ámbito sociocultural y la importancia de aceptar y dialogar sobre los cambios que vienen produciéndose en las nuevas generaciones.
Este mensaje, no es el único que se ha destacado en el capítulo, pero sí uno de los más comentados e interpretado de disímiles maneras por los cubanos.
"Titiriteros" tuvo la participación de los actores invitados Gretel Cazón, Rubén Darío Salazar (Premio Nacional de Teatro) y Renecito de la Cruz.
El argumento de este capítulo se desarrolla en un taller de teatro en el barrio de Pánfilo (Luis Silva). Los vecinos deciden hacer una obra con títeres para mostrar los problemas cotidianos de la comunidad pero un "persuasivo" funcionario comienza a censurar cada detalle.
Entre los temas que se criticaron con humor estuvo la crisis alimentaria, los apagones, las ilegalidades, las dificultades para conseguir equipos electrodomésticos por su alto valor, la mala calidad de algunas producciones nacionales y la vulnerabilidad de los ancianos en Cuba, en especial la de aquellos que dependen de su chequera para vivir.
"La realidad hay que contarla con responsabilidad", dice el funcionario que censura la obra de teatro. El hombre comienza poco a poco a modificar la historia hasta convertirla en un producto carente de mensajes críticos que por tanto no conseguirá su objetivo de transformar la realidad compleja del barrio de Pánfilo.
Los vecinos logran desarrollar en su obra todos los temas que tenían previstos. En el punto cumbre se produce un enfrentamiento entre los títeres de Pánfilo y Chacón. El desencuentro entre cubanos es desaprobado por los actores. Sin embargo, logran remontar el espectáculo y cierran con una canción... El Manisero.
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