Una cubana narró la represión que sus familiares sufrieron a manos de la policía en La Güinera, en el municipio habanero de Arroyo Naranjo, donde tuvieron lugar protestas masivas el 12 de julio contra el régimen de Miguel Díaz-Canel.
Según refirió, uno de sus hijos fue golpeado por varios policías, que también les echaron encima a los perros. Uno de los oficiales, dice, rastrilló la pistola mientras esto sucedía, y ella se interpuso cuando apuntó al joven.
“Me puse delante y le dije que si le tiraba a él tenía que tirarme a mí, que era su madre”, contó la mujer en un video compartido la víspera en redes sociales. José Díaz Silva, presidente del Movimiento Opositor por una Nueva República (MONR), compartió el testimonio de la madre en Facebook.
De acuerdo con el mismo, su esposo, Raúl Sosa, se encuentra preso desde el 12 de julio, fue golpeado y enviado al Combinado del Esto, centro penitenciario en La Habana, bajo acusaciones de “desorden público” y “desacato”.
A su hijo, Mario Raúl Sosa, padre de un niño de solo un año de edad, la policía y las tropas especiales les echaron a los perros, que lo mordieron en varias partes del cuerpo. Los animales también atacaron a su otra hija, Yanelis Sosa, madre de dos niñas, mientras cargaba en brazos a la más pequeña.
Un perro la mordió en el pecho y todavía tiene las marcas, relató la mujer. Además, su hijo menor, Yerandi Sosa, fue golpeado y conducido a la prisión del Cotorro, después de que se le bajara la hinchazón de los golpes, pasados nueve días, lo liberaron con una fianza de 2000 pesos CUP a la espera de juicio, igualmente acusado de “desorden público” y “desacato”.
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